El informe más reciente de Unicef Argentina reveló que durante el segundo semestre de 2024 el 52,7 % de los chicos vivía en hogares considerados pobres por ingreso, una merma importante frente al 67 % registrado a comienzos de ese año. Esto significa que cerca de 1,7 millones de niñas y niños dejaron la pobreza en apenas seis meses.
En paralelo, el organismo pronostica que en el primer semestre de 2025 la tasa caerá al 47,8 %, y la pobreza extrema descenderá también al 9,3 %, basándose en una leve recuperación de los ingresos reales en los hogares más vulnerables.
La data de Unicef sostiene que el sostenimiento de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otras ayudas monetarias jugó un rol fundamental: sin ellas, la indigencia hubiera sido 10 puntos porcentuales más alta, lo que equivale a exceder el millón de menores en situación extrema. También se destaca que estos programas tuvieron un incremento real del 4 % en 2024 y un 16 % en lo que va de 2025.
Además, en los primeros cinco meses de este año, el gasto público en infancia creció un 15 % en términos reales, con un aumento del 34 % en la AUH. Esto ayudó a amortiguar la disparada inflacionaria, que en 2024 llegó a niveles muy altos, y a mejorar el poder adquisitivo de las familias.
Desigualdades y vulnerabilidades persistentes
A pesar del panorama general alentador, el informe advierte sobre brechas profundísimas:
- En hogares donde el jefe no completó la primaria, la pobreza infantil trepa al 80,9 %, mientras que en hogares con secundario completo baja al 10,6 %
- En familias con trabajo en la informalidad, la pobreza alcanza al 68,4 %. En villas o barrios populares sube al 72,3 %. En hogares monoparentales con mujeres al frente, llega al 60 %
El informe también llama la atención sobre recortes en áreas esenciales: bajaron 35 % las becas escolares, 21 % el presupuesto de salud infantil y 50 % el Plan de Primera Infancia. Esto genera preocupación: sin apuntalar estas áreas, los avances en pobreza monetaria podrían diluirse.
La crisis económica desde 2018 y la escalada inflacionaria de 2023 (más de 200 %) impactaron con fuerza. Sin embargo, hacia fines de 2024 y principios de 2025 se empezó a ver una reducción de la inflación y una mejora interanual del producto: entre enero y marzo de 2025 la economía creció alrededor del 5–6 %. Este repunte económico, junto a la remisión de la inflación, contribuye a explicar la recuperación del ingreso real que sustenta las proyecciones de Unicef.