Ricardo “Chiqui” Pereyra, una de las voces más emblemáticas del tango argentino, falleció tras varios días de internación luego de un accidente doméstico que lo dejó en estado crítico. La noticia fue confirmada por su hija Paula a través de un mensaje en redes sociales, donde expresó el dolor de la familia y la despedida de un artista que marcó generaciones.
El accidente ocurrió a comienzos de diciembre cuando Pereyra se cayó de una escalera en su hogar, hecho que derivó en su traslado inmediato a un hospital de Buenos Aires. Durante semanas, su familia compartió actualizaciones sobre su estado, que permanecía reservado, mientras los seguidores del cantante aguardaban con expectativa y esperanza.
Pereyra, nacido el 26 de junio de 1951 en General Roca, Río Negro, comenzó su carrera en grupos de folklore de su ciudad natal antes de trasladarse a Buenos Aires para participar en el histórico programa “Grandes Valores del Tango”. Allí su talento fue reconocido de inmediato y permaneció en el elenco estable hasta 1992, consolidándose como un referente del género. También formó parte de “Botica de Tango” hasta 1988, ganándose la admiración del público por su calidez y su voz única.
A lo largo de su carrera, el cantante recibió importantes reconocimientos, entre ellos el Premio Santos Vega al mejor intérprete masculino de tango en 2007. Sus presentaciones traspasaron fronteras, llevando el tango argentino a España, Estados Unidos, Chile y otros países, donde siempre cosechó la ovación de audiencias apasionadas.
El último adiós a Ricardo Chiqui Pereyra representa la partida de un artista que supo imprimir su sello en cada escenario y grabación. Su legado en la música argentina y en el tango se mantiene intacto, recordado por su talento, su entrega y la huella imborrable que deja en quienes disfrutaron de su voz.