Víctor Alfredo Riggio rompió el lazo que lo unía con Central Norte consecuencia de la falta de resultados y dejó de ser el técnico del club azabache. En común acuerdo con los dirigentes, tras una extensa reunión, el Tano finalmente aceptó dejar el cargo luego de la frustrante derrota ante Agropecuario (2-0), el lunes pasado, lo que significa que no estará frente a San Telmo, el próximo lunes, en el estadio Martearena, a partir de las 21.30, en la decimocuarta fecha de la Primera Nacional.
El Tano, ilusionado con torcer la historia, le había manifestado a las autoridades del club de barrio norte su intención de jugarse su última carta en el duelo con el candombero. Riggio se habría autoimpuesto como ultimátum para continuar en el cargo: ganar o ganar, ya que en caso de igualar o sumar una nueva derrota presentaría la renuncia, una decisión muy esperada por autoridades por dirigencia de Central Norte.
Si bien el extécnico cuervo pretendía continuar al frente del plantel, esa idea habría prologado la agonía, y aquí no está en tela de juicio su profesionalismo, sino que en caso volver a sufrir otro traspié en las próximas fechas, lo dejaría nuevamente en el ojo de la tormenta: cuestionado por la mayoría de la comisión directiva, quienes ya venían pidiendo su cabeza, y reprobado por los socios e hinchas.
La historia de amor entre Riggio y Central, la cual se construyó con el ascenso al segunda categoría del fútbol argentino después de cuatro décadas, llegó a su fin porque en el fútbol mandan los resultados, los sentimientos se hacen de lado y toman decisiones.
Con la salida del Tano Riggio, por el momento tomarán las riendas del plantel Facundo y Federico Zamarián, quien formaban parte del cuerpo técnico.
De aquí en más, los encargados de conducir Central Norte, intentará contratar lo antes posible un nuevo entrenador. Varios nombres sonaron en los últimos días, pero muchos le bajaron el pulgar.
