Central Norte bajó el telón de su temporada en la Primera Nacional con un sabor agridulce. En su regreso a la categoría tras 36 años de espera, el conjunto azabache cayó 2 a 1 ante Estudiantes de Río Cuarto en el estadio Padre Ernesto Martearena. Sin embargo, más allá del resultado, la jornada quedó marcada por la despedida de uno de los grandes ídolos del club: Diego “Sacha” Magno, quien jugó su último partido como profesional y se retiró ovacionado por toda la hinchada.
El encuentro arrancó con intensidad, con un Central decidido a regalarle una victoria a su gente y a su capitán. Sin embargo, la visita fue más efectiva y golpeó primero. Gonzalo Maffini abrió el marcador para Estudiantes tras un córner bien ejecutado que desacomodó a la defensa salteña. A pesar del golpe, el cuervo no bajó los brazos y buscó la igualdad con empuje y corazón, impulsado por el aliento incesante desde las tribunas.
El empate llegó en el segundo tiempo, y el protagonista no podía ser otro: Diego Magno, el eterno número 9, transformó en gol un penal y desató la ovación del Martearena. El capitán corrió hacia la popular, se abrazó con sus compañeros y levantó los brazos hacia el cielo, recibiendo el cariño de miles de hinchas que coreaban su nombre. Fue un momento de piel de gallina, una postal que quedará grabada en la memoria cuerva.
Pero la historia tendría un cierre diferente al soñado. A poco del final, Francisco Galván aprovechó un contragolpe y marcó el 2 a 1 para el conjunto cordobés, que se llevó los tres puntos y aseguró su lugar en el reducido por el segundo ascenso. Central, en cambio, se despidió sin poder sumar en casa, aunque con el orgullo intacto por haber recuperado su lugar en el fútbol grande del interior.
La campaña del equipo salteño fue irregular, con momentos de buen juego y otros de frustración. Central Norte terminó en el puesto 15 de la zona A, con 36 puntos producto de 10 triunfos, 6 empates y 18 derrotas. Números que, si bien no reflejan la entrega del plantel, dejan claro que el desafío de sostener la categoría y consolidarse será la gran meta para el año próximo.
Más allá de las estadísticas, la tarde fue pura emoción. Los aplausos y los cánticos no pararon ni un segundo cuando Magno fue reemplazado, entre lágrimas, por sus compañeros. A sus 38 años, el delantero decidió poner fin a una carrera marcada por su compromiso y amor por los colores azabaches. En su paso por el club, el “Sacha” se convirtió en un símbolo de lucha y humildad, querido por todos, dentro y fuera de la cancha.
“Gracias, Sacha”, decía una bandera que colgaba en la popular norte, mientras los hinchas coreaban su nombre una y otra vez. Para muchos, fue el cierre de una etapa inolvidable, la de un jugador que representó el espíritu cuervo como pocos.
Ahora, el equipo deberá pensar en lo que viene. Con la experiencia de esta temporada en la Primera Nacional, la dirigencia buscará reforzar el plantel y pelear más arriba en la próxima edición. La base está, el respaldo de la gente nunca falta y el sueño de seguir creciendo sigue intacto.
El último pitazo del árbitro no solo marcó el final del partido, sino también el adiós de un ícono. Magno se retiró envuelto en abrazos, aplausos y lágrimas. Y aunque el resultado no acompañó, la jornada fue una fiesta de gratitud y orgullo salteño, un homenaje al fútbol de tierra adentro y a un jugador que dejó todo por la camiseta.
En el Martearena, bajo el sol de la tarde, Central Norte cerró su temporada con una derrota, pero con el corazón lleno de emoción. Porque cuando un ídolo se despide, el resultado pasa a segundo plano, y lo que queda es la historia —esa que Magno escribió con goles, entrega y amor por los colores.
