ranco Colapinto sigue dando pasos firmes dentro de la Fórmula 1. El piloto argentino protagonizó un gesto que no pasó desapercibido en el mundo Alpine: tras su accidente en la clasificación del Gran Premio de Azerbaiyán, se quedó hasta la madrugada con los mecánicos colaborando en la reparación de su monoplaza. Un acto de compromiso y compañerismo que generó un fuerte reconocimiento interno y externo, reforzando su vínculo con la escudería francesa.
A pesar de los escasos resultados deportivos, Alpine valoró la actitud del pilarense y lo destacó públicamente a través de sus redes sociales. "100% comprometidos, todos juntos", escribió el equipo junto a una serie de imágenes en las que se lo ve a Franco metido en plena faena con el personal técnico. No fue solo una foto: fue un mensaje claro de respaldo.
Colapinto, que llegó al equipo en enero, se ha ganado el respeto de sus compañeros tanto en pista como en boxes. En varias clasificaciones ya superó al experimentado Pierre Gasly y en carrera mostró carácter, incluso cuando las condiciones no lo favorecieron. En Bakú, terminó apenas una posición por detrás del francés, condicionado por un incidente con Alexander Albon. Aun así, la escudería destacó su evolución.
Pero lo que más valora Alpine es su mentalidad. Hace algunas semanas, en plena crisis de resultados, Colapinto tomó la palabra en una reunión en Enstone y dejó un mensaje que caló hondo: “En los momentos difíciles es cuando realmente creces como equipo”. Sus acciones en Bakú no hicieron más que reafirmar esa idea.
Mientras el equipo atraviesa uno de sus peores años —último en el Mundial de Constructores y con el auto menos competitivo de la parrilla—, Colapinto se convierte en una pieza clave pensando en 2026. Ese año, la F1 cambiará radicalmente su reglamento técnico: menos aerodinámica, neumáticos más chicos y una nueva relación entre motores térmicos y eléctricos. Franco ya trabaja en el desarrollo del próximo coche y su integración en el proyecto es total.
A once Grandes Premios de su llegada, el piloto argentino empieza a consolidarse como una apuesta de futuro. Alpine ve en él no solo talento, sino también compromiso, una combinación difícil de encontrar en la máxima categoría. El próximo desafío será en Singapur, el 5 de octubre, pero su gran batalla se libra fuera de la pista: demostrar que merece ser parte del nuevo ciclo.
Su nombre resuena con fuerza. No solo por su capacidad al volante, sino por representar los valores que emocionan: humildad, esfuerzo y trabajo en equipo. Colapinto no corre solo. Corre por algo más grande. Y Alpine lo sabe.
