Los Pumas cierran su participación en el Rugby Championship 2025 con un desafío tan complejo como simbólico: enfrentar nuevamente a Sudáfrica, vigente campeón del mundo, en el histórico estadio de Twickenham. El duelo se disputará este sábado desde las 10:00 (hora argentina), y servirá como última oportunidad para cambiar la imagen tras una de las derrotas más duras del ciclo.
El traslado de la localía a Londres, una decisión tomada por la UAR por motivos económicos, dejó al equipo sin el respaldo del público argentino. A pesar de eso, el objetivo está claro: recuperar el orgullo después del 67 a 30 sufrido en Durban, una caída que dejó heridas profundas en lo deportivo y lo anímico.
Consciente del golpe, Felipe Contepomi decidió modificar buena parte del equipo titular. Habrá siete cambios con respecto al último encuentro: entre ellos, Guido Petti en la segunda línea, Santiago Grondona entre los forwards, y Bautista Delguy entre los tres cuartos. Además, se verá una nueva pareja de medios, obligada por la ausencia de los titulares.
Más allá de las modificaciones, el desafío será colectivo: defender mejor, evitar errores no forzados y sobre todo competir con actitud durante los 80 minutos. Los Springboks no regalarán nada. Llegan como líderes del torneo y quieren sellar un nuevo título, mientras los All Blacks los siguen de cerca.
El historial entre ambos es contundente: 34 triunfos sudafricanos en 39 partidos. Pero en ese contexto, Los Pumas han sabido dar pelea en varias oportunidades. Sin ir más lejos, los 30 puntos anotados en Durban representan su cuarta mejor marca contra este rival.
Este sábado no se define el torneo para Argentina, pero sí se juega algo igual de importante: el mensaje que deja el equipo, su capacidad de reacción y la identidad que pretende mostrar. El cierre del Rugby Championship es también un punto de partida para lo que viene.
Para el rugby argentino, y en particular para Salta, donde crece el semillero con clubes como Universitario, Gimnasia y Tiro o Jockey Club, este tipo de partidos inspiran, forman y empujan a seguir apostando al alto rendimiento.
El desafío es gigante. Pero Los Pumas ya demostraron que, cuando parece que no hay chances, pueden dar la sorpresa. Y eso también se juega en Twickenham.
