En Las Vegas, y con 46 años aún marcando territorio, Manny “Pac‑Man” Pacquiao dio cátedra de boxeo pero se topó otra vez con la polémica: su combate con Mario “El Azteca” Barrios terminó en empate mayoritario (dos tarjetas 114‑114 y una 115‑113 para Barrios), lo que le permitió al campeón retener el título welter del CMB.
En el repleto MGM Grand Garden Arena, con más de 13.000 personas, no levantó vuelo el griterío para Barrios: los fans abuchearon fuerte apenas se leyó el fallo, convencidos de que el histórico filipino había hecho justicia. Incluso en redes se viralizaron críticas contra los jueces: “robo”, “despojo” y “vergüenza” fueron los hit más repetidos.
Pacquiao, quien volvió tras casi cuatro años fuera del ring, pegó fuerte con combinaciones y ritmo, especialmente entre los rounds 6 y 9, cuando puso en aprietos al más joven Barrios. Barrios, de 30 años, apostó a sostener la distancia con su jab y pegada constante, pero pagó caro por el desgaste físico en la zona media del combate. Compubox registró que Barrios conectó más golpes totales (120‑101), aunque Pacquiao le ganó en golpes de poder (81‑75).
Al final, Barrios impuso su mayor frescura: ganó los tres últimos asaltos y eso le alcanzó para empatar y conservar el cinturón. Pacquiao, apenas terminada la pelea, aseguró: “Creo que gané, fue cerrada, pero lo di todo” —y admitió estar dispuesto a una revancha—. Barrios, por su parte, admitió que fue más alivio que gloria: “Este combate lo quería ganar para quedar en la historia, pero me quedé con el título, que ya era importante”.
