En un vibrante encuentro disputado en el imponente Rose Bowl de Pasadena, California, por la segunda fecha del Grupo E del Mundial de Clubes 2025, River Plate y Monterrey igualaron sin goles en un partido que dejó un sabor amargo para los hinchas del Millonario.
A pesar del 0-0 final, River fue claramente superior y mereció quedarse con los tres puntos, pero la falta de puntería y la solidez del arquero de Rayados, frustraron las aspiraciones del equipo argentino.
Desde el pitazo inicial, el conjunto dirigido por Marcelo Gallardo tomó las riendas del partido, imponiendo su característico estilo de juego vertiginoso, con presión alta y una circulación de balón que desconcertó al cuadro mexicano. La joven promesa Franco Mastantuono, quien a sus 17 años ya está en la mira del Real Madrid, fue el faro del equipo, desequilibrando con su gambeta y generando peligro constante por el sector derecho. Su sociedad con Ignacio Fernández y Facundo Colidio permitió a River llegar con claridad al área rival, pero las intervenciones del arquero Esteban Andrada y la falta de precisión en los metros finales impidieron que el marcador se moviera.
El primer tiempo mostró a un River dominante, con un 60% de posesión y varias ocasiones claras. Un cabezazo de Giuliano Galoppo que se fue apenas desviado y un remate de Lucas Martínez Quarta que pasó rozando el palo fueron las chances más nítidas de un equipo que acorraló a Monterrey en los últimos minutos del período inicial. Los mexicanos, liderados por la experiencia de Sergio Ramos en la zaga, apostaron por un esquema defensivo compacto, con un 3-5-2 que priorizó el orden táctico y las transiciones rápidas, aunque sin inquietar demasiado al arco defendido por Franco Armani. Un polémico tackle sobre Gonzalo Montiel, que los hinchas riverplatenses reclamaron como expulsión, añadió intensidad a un primer tiempo de mucha fricción.
En la segunda mitad, River mantuvo su asedio, pero el partido se tornó aún más físico, con constantes interrupciones por faltas y tarjetas amarillas que cortaron el ritmo. Monterrey, con jugadores como Sergio Canales y Lucas Ocampos, intentó sorprender en algún contraataque, pero la solidez de la dupla Pezzella-Martínez Quarta y la seguridad de Armani neutralizaron cualquier intento. Por el lado de River, la ausencia de Sebastián Driussi, lesionado tras el debut ante Urawa, se sintió en la definición, aunque Miguel Borja, su reemplazante, luchó incansablemente contra la muralla defensiva mexicana.
El tramo final del encuentro fue un monólogo de River, que encerró a Monterrey en su propio campo. Un disparo de Mastantuono que obligó a una volada espectacular de Andrada y un remate de Colidio que se estrelló en el travesaño fueron el reflejo de un equipo que lo intentó todo, pero no pudo vulnerar el cerrojo mexicano. Los dirigidos por Domènec Torrent, por su parte, celebraron el punto como un triunfo, conscientes de que el empate los mantiene en la pelea por la clasificación en un grupo muy competitivo.
El empate deja a River Plate en lo más alto del Grupo E con 4 puntos, tras su victoria inicial por 3-1 ante Urawa Red Diamonds, pero la sensación es que el equipo mereció más. La intensidad, la propuesta ofensiva y el dominio territorial del Millonario no encontraron premio, y ahora deberá jugarse todo en la última fecha ante Inter de Milán para asegurar su pase a los octavos de final. Monterrey, con dos empates, se aferra a su solidez defensiva y buscará dar la sorpresa frente a Urawa.
Marcelo Gallardo, en conferencia de prensa, no ocultó su frustración, pero destacó el nivel de su equipo: “Generamos lo suficiente para ganar, pero el fútbol es así. Nos vamos con la cabeza en alto porque mostramos personalidad y fuimos superiores. Ahora hay que enfocarse en el próximo partido”. Por su parte, los hinchas de River, que coparon las gradas del Rose Bowl, se fueron con la certeza de que este equipo tiene con qué soñar en grande en este Mundial de Clubes.
