MÁS DE INTERNACIONALES



COSTA RICA

Cayó “NarcoMichi”: atraparon a minino traficante que intentó introducir drogas a una cárcel

En un nuevo intento por evadir controles penitenciarios, criminales usaron un gato con droga pegada mediante cinta.

Cayó “NarcoMichi”: atraparon a minino traficante que intentó introducir drogas a una cárcel

En un giro que ni el guionista más audaz de Hollywood pudo haber imaginado, agentes penitenciarios de Costa Rica han desmantelado lo que podría ser la operación de contrabando más sigilosa y peluda de la historia: un gato, ahora bautizado como NarcoMichi por los ingeniosos usuarios de redes sociales, fue capturado con un alijo de droga pegado a su lomo con cinta industrial. ¡Sí, señores, un minino traficante!

El incidente ocurrió en una cárcel costarricense, donde este felino, con más actitud que un capo de telenovela, merodeaba el perímetro como si fuera el rey del bajo mundo. Los guardias, que al parecer no se dejan engañar ni por las miradas más tiernas, notaron un bulto sospechoso en el lomo del animal. "¡Ese gato está muy gordo para ser callejero!", debió pensar algún agente avispado antes de interceptar al sospechoso de cuatro patas. Al acercarse, descubrieron que no era un exceso de croquetas, sino un paquete de droga cuidadosamente adherido con cinta industrial, como si NarcoMichi hubiera asistido a un curso intensivo de logística criminal.

El felino, lejos de maullar excusas o pedir un abogado, mantuvo su dignidad mientras los agentes desmantelaban su "negocio". Fuentes extraoficiales aseguran que NarcoMichi lanzó una mirada de desprecio, como diciendo: "Me atraparon, pero mi imperio seguirá maullando". Las redes sociales, por supuesto, no tardaron en convertir al gato en una celebridad, con memes que lo muestran con gafas oscuras y un puro, o negociando tratos desde una caja de arena. "¿Quién es el verdadero cerebro detrás de esto?", se preguntan los internautas, mientras otros sugieren que el gato solo era el "mula" y que un loro con antecedentes está prófugo.

 

 

Tras su detención, NarcoMichi fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal, donde, según informes, goza de excelente salud y un ego intacto. Los veterinarios confirmaron que el felino no consumió nada de su mercancía, aunque no descartan que haya estado "oliendo" algo más que atún en sus rondas nocturnas. Por ahora, el gato permanece bajo custodia, probablemente planeando su próxima gran jugada o simplemente durmiendo 20 horas al día, como cualquier delincuente de alto calibre.

Este escándalo deja muchas preguntas sin respuesta: ¿Quién entrenó a NarcoMichi? ¿Era parte de una red felina internacional? ¿Y qué sigue, perros carteros o iguanas sicarias? Lo único seguro es que, en Costa Rica, hasta los gatos saben que, en el mundo del crimen, ¡el que no maúlla, no factura!


¿Te gustó la noticia? Compartíla!