En medio de una escalada bélica que sacude al Medio Oriente, un misil iraní impactó esta madrugada a escasos metros de una vivienda en Rishon Letzion, a menos de 10 kilómetros de Tel Aviv. En esa casa, epicentro de la conmoción, reside Perla Regen, una salteña que hace años emigró a Israel junto a su familia. La valentía de los Regen, que lograron resguardarse en un refugio antiaéreo conocido como mamad, les permitió salir ilesos de un ataque que dejó destrozos y pánico en el vecindario.
El proyectil, que sorprendentemente evadió la Cúpula de Hierro, el avanzado sistema de defensa aérea israelí, explotó a una cuadra de la vivienda de Perla, causando una onda expansiva que destrozó ventanas y puertas en la zona. “La explosión ocurrió en la calle anterior a la casa de mi hermana. Volaron los vidrios, pero gracias a Dios ella estaba en el mamad con mi sobrino”, relató Clara Regen, otra integrante de la familia que acogió a Perla y su hijo en su hogar tras el ataque. “Es mejor que estén aquí, en familia, y no en un hotel. Juntos somos más fuertes”, agregó con un temple que refleja la resiliencia de esta familia salteña.
El estruendo, descrito por vecinos como “un camión cargado de dinamita”, dejó una marca imborrable en esta ciudad de más de 250 mil habitantes, conocida por su modernidad, pero también por su vulnerabilidad debido a su cercanía con objetivos militares estratégicos. La familia Regen, aunque conmocionada, se encuentra en buen estado de salud, pero debió abandonar temporalmente su hogar, ahora inhabitable por los daños.
A 120 kilómetros al norte, en Ahuzat Barak, otro salteño, Aldo Liaks, vive la misma realidad. “Israel es pequeño, los ataques llegan a todo el país. Pasamos gran parte del día en los refugios”, contó a El Tribuno. Liaks también alertó sobre rumores inquietantes: según informes de medios israelíes, Irán estaría a días de contar con 15 bombas atómicas operativas para misiles balísticos, una información no verificada oficialmente, pero que intensifica el temor en la población.
El ataque de esta madrugada forma parte de una ola de hostilidades entre Irán e Israel, con alarmas antiaéreas sonando incesantemente y sistemas de defensa como la Cúpula de Hierro trabajando a máxima capacidad. Sin embargo, el margen de tiempo entre las sirenas y los impactos se reduce, poniendo a prueba la red de refugios que Israel ha perfeccionado en los últimos años. En Rishon Letzion, los protocolos de emergencia salvaron vidas, pero el costo material y emocional es elevado.
En este contexto de incertidumbre, la familia Regen emerge como un símbolo de coraje. Su decisión de permanecer unidos, apoyándose mutuamente en medio del caos, resuena como un testimonio de fortaleza. Mientras el mundo observa con preocupación la escalada en el Medio Oriente, los salteños en Israel demuestran que, incluso en la adversidad, el lazo familiar y la determinación son un refugio tan vital como cualquier mamad.
