En una nueva escalada del conflicto en Medio Oriente, las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron la muerte de Muhammad Abd al-Aziz Abu Zubaida, el principal referente de ISIS en Gaza y territorios palestinos. La operación se llevó a cabo en Al-Bureij, en el centro de la Franja, como parte de una ofensiva que no da tregua y ya se cobró más de 63.000 vidas desde que comenzó la guerra.
Abu Zubaida era considerado el jefe del Estado Islámico en la región, con responsabilidades en Gaza, Cisjordania y la Península del Sinaí. Según informaron desde el ejército israelí, también coordinaba fondos y equipamiento militar para el grupo extremista, lo que lo convertía en un objetivo de alto valor estratégico.
Paralelamente, el gobierno de Israel declaró a Ciudad de Gaza como “zona de combate peligrosa”, eliminando la pausa táctica que regía en esa área para permitir el paso de ayuda humanitaria. Esto significa que las operaciones militares se intensificarán en una zona donde viven cerca de un millón de personas, muchas de ellas desplazadas por anteriores ataques.
La situación humanitaria es alarmante. Organismos internacionales como la ONU advierten sobre una hambruna severa, con miles de familias sin acceso a alimentos, agua ni atención médica. La gobernación de Gaza fue declarada en emergencia alimentaria, y se señala a Israel como principal responsable por impedir el ingreso de suministros básicos.
A pesar de las críticas y la presión internacional para que se detenga la ofensiva, el ejército israelí mantiene su postura y asegura que continuará con los operativos para “eliminar a las amenazas terroristas”. La muerte de Abu Zubaida se inscribe en esta lógica, aunque especialistas coinciden en que estos golpes tácticos no resuelven el conflicto de fondo.
En Salta y otras provincias argentinas, donde viven numerosas familias de origen árabe, la noticia genera preocupación y solidaridad con la población civil atrapada en medio de la guerra. Algunas organizaciones locales ya convocaron a actos y movilizaciones para pedir por el cese del fuego y la apertura de corredores humanitarios.
Mientras tanto, el escenario en Gaza se vuelve cada vez más crítico. Con barrios enteros reducidos a escombros y una población al borde del colapso, la ofensiva israelí sigue avanzando sin señales de freno. La eliminación de un líder de ISIS puede significar un triunfo militar, pero no cambia la tragedia humanitaria que se vive en el territorio palestino.
