Tras su derrota 2-0 ante Venezuela en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, la selección de Bolivia enfrentó a un nuevo contratiempo: las autoridades venezolanas impidieron la salida de su vuelo desde el aeropuerto de Maturín durante 12 horas, sin ofrecer explicaciones claras.
La delegación boliviana, que asegura que contaba con toda la documentación y permisos necesarios para volver a su país, se vio obligada a regresar a su hotel en plena madrugada, tras horas de espera sin autorización para abandonar Venezuela.
El director técnico del equipo venezolano, Óscar Villegas, aseguró que la situación no los tomó por sorpresa, ya que habían solicitado previamente al ministro de Gobierno que dialogara con el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro para facilitar su salida.
Harold Howard, encargado de seguridad y logística del equipo, denunció un "sabotaje" por parte del régimen venezolano, indicando que se les informó sobre un supuesto problema con el "tráfico aéreo" como motivo de la retención, a pesar de que solo había dos aviones aterrizando en ese momento.
Indignación en Bolivia
El incidente ha generado indignación en la comunidad deportiva y política boliviana, que han pedido a las autoridades nacionales que intervengan y exijan respuestas al régimen venezolano.
La situación también ha afectado la planificación del equipo boliviano, que tenía previsto irse a La Paz cerca de las 5:00 (hora local) y entrenar esa misma tarde de cara al partido del martes con Chile en El Alto. Finalmente, el vuelo salió unas 12 horas después de lo previsto.
Este episodio se suma a una serie de obstáculos y problemas que, según denuncian, la dictadura de Maduro ha impuesto a delegaciones extranjeras, evidenciando una falta de garantías y transparencia en el trato a equipos visitantes.
