Este domingo, más de 6,3 millones de hondureños están llamados a elegir a su próximo presidente en unas elecciones definidas por la competencia entre cinco candidatos que representan desde la continuidad del oficialismo hasta alternativas de centro y propuestas académicas. Las encuestas sitúan como favoritos a Nasry “Tito” Asfura, Rixi Moncada y Salvador Nasralla.
Asfura, empresario conservador de 67 años y exalcalde de Tegucigalpa, compite por el Partido Nacional buscando recuperar el poder tras los escándalos de corrupción de su formación. Con el respaldo del expresidente Donald Trump, centra su campaña en la creación de empleo, inversión y seguridad, bajo el lema “Levantar el país”.
Moncada, abogada y fundadora del Partido Libre, aspira a continuar la administración de Xiomara Castro. Su propuesta de “democratización de la economía” apunta a mayores impuestos a los ricos, expansión del crédito y la creación de empresas públicas estratégicas, enfrentando al sector privado y las familias más acaudaladas del país.
Nasralla, exconductor de televisión y cuatro veces candidato presidencial, busca el retorno al poder por el Partido Liberal tras su paso como vicepresidente con Castro. Plantea atraer inversión extranjera, apoyar a pequeños empresarios y modernizar servicios públicos, mientras denuncia posibles fraudes y apunta a la salida de Nicolás Maduro de Venezuela.
Nelson Ávila, del Partido Innovación y Unidad-Social Demócrata, se enfoca en electores desencantados con las opciones tradicionales, proponiendo combate al hambre, mejoras en educación y salud, reducción de violencia y mayor integración centroamericana.
La campaña también estuvo marcada por la renuncia de Mario Rivera, candidato de Democracia Cristiana, quien respaldó a Nasralla en la recta final de la contienda, buscando fortalecer la unidad política en un momento crucial para el país.
