La minería chilena vive uno de sus capítulos más oscuros tras el trágico desenlace en El Teniente, la mina subterránea más grande del mundo. Luego de varios días de intensa búsqueda, este domingo se halló el cuerpo de Moisés Pávez, el último de los seis mineros que permanecían desaparecidos desde el derrumbe ocurrido el jueves pasado.
La confirmación llegó por parte del fiscal Aquiles Cubillos, quien comunicó que el hallazgo se produjo a las 15:30 horas. “Lamentamos profundamente este desenlace, pero al menos esperamos dar un poco de paz a sus familiares”, expresó el funcionario en un emotivo mensaje que refleja el dolor que atraviesa a todo Chile.
Con Pávez, la lista de víctimas fatales queda conformada por seis trabajadores: Paulo Marín, Gonzalo Núñez, Carlos Arancibia, Alex Araya, Jean Miranda y el ya mencionado Moisés Pávez. Todos ellos perdieron la vida tras el colapso ocurrido en uno de los túneles de la mina, operada por la estatal Codelco, ubicada en la región de O'Higgins.
Desde que se reportó el accidente, los equipos de rescate trabajaron contrarreloj para ubicar a los mineros. El operativo incluyó maquinaria especializada, drones y personal capacitado en condiciones extremas. Sin embargo, los esfuerzos no fueron suficientes para evitar el peor final.
La noticia sacudió no solo a las familias de las víctimas, sino también a todo el país. En ciudades como Rancagua, Machalí y Santiago, se multiplicaron las muestras de solidaridad y apoyo hacia los trabajadores y sus seres queridos.
El presidente chileno, Gabriel Boric, se trasladó hasta Rancagua para reunirse con las autoridades locales y acompañar personalmente a los familiares de los fallecidos. En sus declaraciones, subrayó la necesidad de investigar lo ocurrido y reforzar las condiciones de seguridad en las faenas mineras.
“Hoy es un día triste para Chile. Estamos con el corazón roto, pero también con el compromiso firme de que tragedias como esta no se repitan”, declaró Boric frente a la prensa. Su presencia buscó transmitir contención en medio de la desolación.
Moisés Pávez y sus compañeros eran trabajadores experimentados, reconocidos por su compromiso y trayectoria en la minería. Sus muertes dejaron una huella profunda en sus comunidades y también en sus colegas, que durante los días de búsqueda mantuvieron viva la esperanza de un rescate con vida.
Hoy, esa esperanza se transforma en duelo. En distintos puntos del país, compañeros de trabajo, vecinos y amigos realizaron homenajes espontáneos, con velas, mensajes y fotografías para honrar la memoria de los seis mineros.
