Fue tapa de todos los medios, entre apuro por buscar el título rápido y lapidario respecto del hombre de Milei en salta, pocos repararon en las razones que motivaron la destitución del salteño del cuerpo deliberativo.
Olmedo habló con Agenda/Salta y no dejó nada librado a la imaginación: “Que curioso, hubo un presidente que, es más, está preso por pedofilia, que aún siendo pedófilo y con sentencia, no lo pudieron destituir… le pidieron la renuncia”, señaló, a modo de ejemplo de la baja situación moral que el organismo maneja hacia adentro.
Así inició la conversación. Olmedo aseguró que al hacerse cargo del cuerpo se dio con irregularidades llamativas. Asesores nombrados que no se presentaban a trabajar, ni el primer mes, ni el segundo de su gestión al frente del Parlasur. “El primer mes no fueron a trabajar algunos, el segundo mes tampoco y ya no se les pagó el sueldo. El tercer mes tampoco, tampoco se les pagó el sueldo”.
El hombre de la pala, también hizo incapié en que el organismo es mantenido casi en su totalidad por Brasil, y que Argentina hace años no realiza aportes económicos para su manutención.
En vista de tantas irregularidades, Olmedo pidió la realización de auditorías. Y ese tal vez haya sido el principio del fin. En donde hay movimientos extraños, las auditorias son malas palabra. “Muchas veces se usaba de agencia de viajes y turismo al exterior”, aseguró el parlamentario.
“Cuando dije la palabra mágica ’voy a pedir auditoría’, haga de cuenta que tiré una bomba”, advirtió.
Olmedo también se manifestó disconforme con el tratamiento que algunos medios se apuraron a dar a la noticia sobre la audiencia polémica. El hombre de la Libertad Avanza en Salta, asegura que se sembraron imprecisiones sobre las dinámicas, que se utilizó un solo micrófono a fin de que los parlamentarios respeten sus turnos, y que los famosos “patovicas” encargados de controlar el ingreso a la sala de reuniones eran personal femenino que solicitaba identificaciones a los parlamentarios: “para resumirle… la casta política se pelea en televisión y se une en la corrupción”.
“Hay tres diputados (del PARLASUR) que llegaron por La Libertad Avanza y dos de ellos ya trabajan con Kicillof”, acusó Olmedo, y para retrucar, apuntó en directo al corazón del radicalismo acuerdista: “Luis Brandoni estuvo de acuerdo con el golpe institucional (NdR: en su contra)”.
“Vinimos a poner orden”, aseguró Olmedo, porque “así como estaba era un desastre, y bueno, lógicamente que molesta poner orden”.
La fiesta de la política se da, no solo en Argentina, sino también en latino américa, o al menos en lo que nos compete, los países que conforman el Parlasur. Pocos saben para que sirve el organismo, se apunta a la Mesa de Puebla, a algunos sectores de la izquierda latinoamericana. Si es seguro que, de momento, y en plena crisis económica, aportar fondos para un organismo que ni siquiera permite ser auditado y hasta estuvo en manos de un abusador de menor, deja poco librado a la imaginación.
Olmedo quiso darle un sentido a los gastos, y no lo dejaron, la casta no permite que se metan con ella, en el Parlasur la fiesta continua. Es momento de preguntarse si el país debe seguir siendo parte de esa puesta en escena. Visto con mirada crítica todo indicaría que no.
