El triple crimen narco ocurrido en Florencio Varela sigue sumando datos que estremecen. Durante la tortura y filmación de una de las víctimas, Brenda Loreley del Castillo, los agresores hicieron una llamada a un familiar suyo para exigir la devolución de droga que habría sido robada a la banda.
Este viernes, ocho de los nueve imputados fueron citados a declarar en los Tribunales de San Justo, aunque solo tres respondieron a los fiscales. Entre ellos, la dueña de la casa donde aparecieron los cuerpos, Magalí Celeste González Guerrero, quien se declaró inocente y aseguró que no sabía que iban a matar a las jóvenes.
González contó que permitió usar su casa solo para una fiesta y que observó a Miguel Villanueva, uno de los acusados, con una herida en la mano, que según ella se produjo al apuñalar a una víctima que intentó escapar. También reveló que escuchó sobre la llamada a un familiar de Brenda realizada con el celular de “Pequeño J”, otro de los imputados.
Otros detenidos, como Ariel Jeremías Alexis Giménez y Matías Agustín Ozorio, negaron su participación en los crímenes y pidieron revisar cámaras de seguridad para probar su inocencia. Maximiliano Andrés Parra, testigo indirecto, aseguró que notó movimientos extraños en la vivienda pero no estuvo involucrado.
Los fiscales a cargo buscan esclarecer la mecánica del crimen y la relación con el narcotráfico, mientras la causa sigue conmocionando a Salta y al resto del país. Este caso vuelve a poner en evidencia la violencia extrema vinculada al tráfico de drogas y la necesidad de desarticular estas redes criminales.
