La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lanzó duras críticas al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, tras el triple crimen ocurrido en Florencio Varela, que terminó con la vida de Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Morena Gutiérrez.
Bullrich calificó de “aberrante” el comunicado publicado por Kicillof, en el que el dirigente peronista atribuía el hecho a “un grupo narco internacional con base operativa en CABA”, y lo acusó de intentar deslindarse de su responsabilidad ante la crisis de inseguridad en la provincia.
“Kicillof tiene que hacerse cargo del problema enorme de inseguridad que tiene en la provincia de Buenos Aires. Yo no voy a politizar este caso ni le voy a echar la culpa a Kicillof, mucho menos haría lo que hizo él, de escribir un aberrante comunicado donde intenta decir que ‘esto es una organización con base en CABA’, cuando todavía no tiene la más mínima información más que la posibilidad de que estén algunos de los presuntos asesinos en la ciudad de Buenos Aires”, afirmó la ministra en declaraciones a Radio Mitre.
Colaboración entre Nación y Provincia
Bullrich sostuvo que los presuntos responsables “pueden estar en CABA como puede haber ramificaciones en PBA, porque todavía la información que hay es muy poca”. Por eso, consideró “una falta de responsabilidad” que se intente deslindar responsabilidades antes de contar con datos concretos sobre el caso.
La ministra aseguró que desde su cartera se planteó a la Provincia la disposición para colaborar en la investigación. “Hablé con mi par bonaerense, Javier Alonso. En estos casos, la política afuera”, destacó, remarcando que la prioridad debe ser la investigación y la seguridad de la comunidad.
Contexto del triple crimen
El caso de Florencio Varela conmocionó a la sociedad argentina por la brutalidad del asesinato de las tres jóvenes. Desde el gobierno nacional se ha ofrecido cooperación y asistencia técnica para apoyar la pesquisa, mientras se investigan posibles vínculos con organizaciones criminales.
La polémica entre Bullrich y Kicillof refleja la tensión política que suele surgir en situaciones de inseguridad de alto impacto, donde la comunicación oficial y las responsabilidades sobre seguridad pública se convierten en tema central de debate mediático y político.
