La noticia conmocionó al entorno del Ejército y a quienes conocían a Rodrigo Gómez, un joven militar que prestaba servicios de seguridad en un predio presidencial. Fue hallado sin vida durante su guardia en el Escuadrón Chacabuco, y la investigación apunta a que se quitó la vida con su arma reglamentaria.
Su fallecimiento dejó un vacío profundo en familiares y amigos, que recurrieron a las redes sociales para expresar su dolor. “Qué dolor dejaste, Rodri; siempre estarás en mi recuerdo”, escribió un allegado junto a fotografías del soldado en uniforme. Otros mensajes reflejaban el impacto emocional: “Te voy a extrañar Rodri” o “descansá en paz sobrino”, acompañados de emojis de tristeza y símbolos de duelo.
La investigación judicial, a cargo de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, reveló que Gómez había dejado una carta explicando el motivo de su decisión. En ella, mencionaba la angustia provocada por deudas que alcanzaban aproximadamente $1,8 millones de pesos con distintos bancos. Este hallazgo pone en evidencia la presión económica que puede enfrentar cualquier joven profesional, incluso dentro de fuerzas de seguridad.
El cuerpo fue encontrado por un compañero en uno de los puestos de control del predio, activando los protocolos de emergencia que confirmaron la tragedia. La Justicia dispuso la intervención de fuerzas federales y el traslado del cadáver a la Morgue Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, donde se realizará la autopsia que permitirá cerrar el expediente.
Este caso reaviva la discusión sobre la salud mental en las fuerzas de seguridad y los efectos de la crisis económica sobre los jóvenes que combinan responsabilidades laborales de alta exigencia con problemas financieros personales. Expertos destacan que la combinación de estrés laboral y endeudamiento puede generar situaciones extremas, y subrayan la necesidad de programas de apoyo psicológico y financiero para prevenir tragedias similares.
En medio del dolor, la familia de Gómez intenta encontrar consuelo en los recuerdos y en los mensajes de apoyo que siguen recibiendo. La comunidad militar y quienes lo conocían destacan su dedicación, su compromiso y el orgullo con que vestía el uniforme del Ejército.
La investigación continúa en curso, mientras el caso sirve como un recordatorio sobre la importancia de prestar atención a la salud mental, la vulnerabilidad económica y la contención emocional en entornos laborales exigentes.
