Un operativo judicial de gran magnitud sacudió a la localidad de Chicoana y encendió señales de alerta en todo el Valle de Lerma. En una finca rural ubicada en la zona conocida como Sayta Cabalgata, camino a Las Moras, efectivos policiales secuestraron un verdadero arsenal compuesto por armas de fuego de distintos calibres, municiones de uso militar, explosivos y granadas, que se encontraban en poder de un hombre salteño de 73 años.
El procedimiento se concretó días atrás tras una orden de allanamiento emitida por el Juzgado de Garantías Nº 3, en el marco de una investigación penal impulsada por la Fiscalía de Cerrillos, a través de su Delegación El Carril. La causa quedó caratulada provisoriamente como tenencia y/o portación ilegítima de armas de fuego, en perjuicio de la seguridad pública, una figura penal de extrema gravedad por el riesgo que implica para la población.
Desde las primeras horas del operativo, la intervención estuvo marcada por un fuerte despliegue de recursos humanos y técnicos, debido a la presunción de que en el lugar podía haber armamento de alto poder destructivo. La logística fue clave para garantizar la seguridad de los efectivos y de la zona, teniendo en cuenta que se trataba de una finca ubicada en un sector rural, pero cercana a caminos frecuentados por vecinos y productores.
En el allanamiento participaron especialistas de Criminalística, el Grupo de Investigación del Valle de Lerma, patrullas motorizadas, personal de Control Patrimonial de Armamento y Equipo, el Grupo GOPAR y la División de Explosivos y Bomberos. La presencia de esta última fue fundamental ante la detección de material explosivo activo, que requería manipulación profesional y protocolos estrictos.
Durante la requisa del inmueble, los investigadores se encontraron con un panorama que superó las expectativas iniciales. Se secuestró una enorme cantidad de armas cortas y largas, muchas de ellas de origen militar, además de municiones en grandes volúmenes y artefactos explosivos de alto riesgo. El material incautado fue inmediatamente puesto bajo resguardo judicial.
Entre las armas halladas se contabilizaron pistolas de reconocidas marcas como Colt, Walther y Smith & Wesson, una ametralladora, fusiles de distintos calibres, rifles equipados con miras telescópicas, escopetas antiguas, carabinas modificadas y armas largas de procedencia diversa. A esto se sumaron más de mil municiones de variados calibres, algunas compatibles con armamento de guerra.
Lo más alarmante del procedimiento fue el hallazgo de explosivos y municiones de uso estrictamente militar. Los efectivos encontraron morteros, proyectiles de artillería, subcalibres, espoletas y granadas de distintos tipos. En particular, se secuestraron dos granadas TMK con carga explosiva activa, tres granadas FM1, proyectiles de artillería de 155 milímetros y granadas de fusil de 40 y 65 milímetros, todos elementos considerados de altísimo riesgo.
Ante este escenario, la División de Explosivos trabajó de manera minuciosa para asegurar cada uno de los artefactos, evitando cualquier posibilidad de detonación accidental. El procedimiento se extendió durante varias horas y demandó un control exhaustivo de cada sector de la finca, dada la magnitud y peligrosidad del material encontrado.
El hombre de 73 años, residente en la propiedad allanada, quedó bajo investigación judicial. Si bien no trascendieron detalles sobre su situación procesal inmediata, desde la fiscalía se informó que se analiza su posible imputación por acumulación ilegal de armamento de guerra, un delito que prevé penas severas en el Código Penal argentino debido a la amenaza directa que representa para la seguridad pública.
En paralelo, la investigación avanza para determinar el origen del arsenal, su trazabilidad y el destino que podría haber tenido. Los investigadores buscan establecer si alguna de las armas fue adquirida de manera legal, si existieron permisos vencidos o inexistentes, o si parte del material ingresó al país de forma clandestina, sin ningún tipo de registro.
Otra de las líneas de investigación apunta a esclarecer si el imputado actuaba de manera individual o si formaba parte de una red más amplia vinculada al acopio, tráfico o comercialización ilegal de armas y explosivos. No se descarta que, a partir de este hallazgo, surjan nuevas medidas judiciales o allanamientos en otros puntos de la provincia de Salta.
El impacto del operativo generó preocupación en la comunidad de Chicoana, una localidad tradicionalmente asociada a la actividad rural y a la tranquilidad del Valle de Lerma. El hallazgo de un arsenal de estas características en una finca de la zona puso en evidencia la importancia de los controles y del trabajo investigativo sostenido para prevenir situaciones que podrían derivar en hechos de extrema gravedad.
