Alberto Brizuela, un docente de 52 años del barrio Docente Sur, nunca imaginó que un favor terminaría en una pesadilla.
En agosto, entregó su Ford Ranger 1999 a Jorge Enrique Palma, un hombre de 36 años que conoció meses atrás como “sacabollos” al reparar el auto de su esposa. Lo que empezó como un arreglo menor se convirtió en una relación de aparente confianza.
Palma se presentó como un experto en ventas de autos, asegurando tener contactos para encontrar compradores. “Me dijo que podía sacarle unos pesos más si mejoraba su aspecto”, relató Brizuela. Confiado, el docente aceptó la propuesta.
El engaño que lo cambió todo
El sábado 2 de agosto, Brizuela y su hermano dejaron la camioneta, patente CPG067, en manos de Palma. La excusa: lavarla, colocarle una banda negra y mostrarla a un supuesto interesado. “Le creí, incluso llevó a alguien a verla”, recuerda el docente. Pero tras esa entrega, Palma desapareció.
Lo que siguió fue un rosario de excusas. Mensajes vagos, promesas de que “ya venía” y evasivas marcaron los días posteriores. Desesperado, Brizuela fue a la casa de Palma, donde su madre y pareja dieron pistas inquietantes: “No es la primera vez que lo hace. Ya dejó otro auto abandonado en Jujuy”.
La denuncia que busca justicia
El domingo 3, sin rastros de la camioneta ni de Palma, Brizuela formalizó la denuncia en la Fiscalía Penal N°3. La Ford Ranger gris, su herramienta de trabajo y sustento, se desvaneció junto con la confianza depositada. “Me robaron la camioneta que quería vender”, lamentó el docente, aún incrédulo por el engaño.
La denuncia detalla cómo Palma se aprovechó de la relación previa para ganar su confianza. La policía ahora investiga el caso, pero el vehículo sigue sin aparecer.
