La noticia generó un profundo impacto por la crudeza del caso y la vulnerabilidad en la que fueron encontrados cuatro menores que, según confirmó la Policía, llevaban varios días solos, encerrados y sin ningún tipo de alimento. La intervención ocurrió en la localidad de Villa Bonita, en Misiones, después de que vecinos alertaran sobre la situación y pidieran asistencia urgente. La gravedad del episodio volvió a encender las alarmas sobre el abandono infantil y los riesgos a los que quedan expuestos cientos de chicos en distintos puntos del país.
El operativo se activó cuando personal de la Unidad Regional II recibió una denuncia indicando que en un departamento ubicado sobre la calle Puerto Iguazú había niños en evidente estado de abandono. Al llegar al lugar, los efectivos se encontraron con una escena que los dejó sin palabras: un nene de 2 años, dos nenas de 3 y otra de 4 permanecían solos desde hacía días, sin agua, sin comida y sin ningún adulto a cargo. La primera información reconstruye que su madre se habría retirado del domicilio el sábado por la tarde, sin dejar indicios de su regreso y sin informar a familiares sobre la situación.
Ante el cuadro crítico, los policías tomaron una decisión inmediata: comprar alimentos esenciales para poder asistir de urgencia a los menores, quienes presentaban signos de desnutrición y agotamiento. De manera simultánea, el gabinete interdisciplinario de la fuerza tomó intervención para evaluar el estado físico y emocional de los chicos, marcados por días de encierro absoluto.
Mientras continuaba el procedimiento, los agentes lograron comunicarse con la tía de los niños, identificada como Mary Graciela R., de 26 años. La joven se presentó en el departamento aparentemente sorprendida y aseguró desconocer por completo que sus cuatro sobrinos estaban solos. Con la autorización correspondiente, los menores fueron entregados a ella bajo guarda responsable, al menos hasta que la Justicia y los organismos de protección definan las medidas definitivas.
Los testimonios de los vecinos profundizaron aún más la preocupación. De acuerdo con sus relatos, no sería la primera vez que la madre dejaba a los chicos encerrados durante días, sin supervisión adulta y sin alimentos. Algunos señalaron que los llantos y golpes en la puerta eran frecuentes, lo que podría indicar una situación prolongada de negligencia.
Con estos elementos, la Policía informó de inmediato al Juzgado y a los organismos provinciales competentes para avanzar con las investigaciones y determinar el paradero de la madre. También se espera que se evalúe el nivel de riesgo en el que se encontraban los menores y si existían denuncias previas o alertas por parte de vecinos o instituciones locales.
Mientras tanto, los cuatro chicos quedaron a resguardo de su tía, en un entorno más seguro, mientras se define su situación legal y se analiza la necesidad de medidas de protección adicionales. El caso ya generó indignación y debate, reabriendo la discusión sobre los mecanismos de prevención, acompañamiento y atención en casos de abandono infantil.
La comunidad de Villa Bonita, como tantas otras del interior del país, suele mantener una red de contención entre vecinos, pero los testimonios sobre la frecuencia de estos episodios ponen en evidencia las dificultades para detectar y denunciar a tiempo situaciones extremas. El desafío ahora será garantizar que los niños reciban atención adecuada, tanto médica como psicológica, y que el sistema judicial avance con rapidez para esclarecer responsabilidades.
En un contexto donde la vulnerabilidad de la infancia es un tema recurrente, este caso vuelve a mostrar la importancia de la intervención temprana, la denuncia comunitaria y el rol de los organismos estatales encargados de proteger a quienes no pueden defenderse por sí solos. El impacto y la indignación que generó en Misiones se replicaron en todo el país, donde la historia de estos cuatro chicos reaviva una pregunta incómoda: ¿cuántos niños más viven situaciones similares sin que nadie lo sepa?