Un joven de 21 años protagonizó un hecho insólito en la madrugada salteña al robar un colectivo en pleno centro de la ciudad y estrellarlo minutos después en el barrio Villa Mitre. El hecho generó sorpresa entre los vecinos y encendió alertas sobre la seguridad en el transporte público.
Todo comenzó cerca de las 3 de la mañana, cuando un llamado al 911 alertó sobre un colectivo que circulaba sin control por avenida Independencia. La unidad, perteneciente al servicio urbano de pasajeros, había sido sustraída momentos antes por el joven, quien habría aprovechado un descuido del chofer titular.
La Policía desplegó un rápido operativo desde Comisaría 4 y logró ubicar el colectivo en calle Virgilio Figueroa, donde ya se encontraba colisionado contra un contenedor metálico. El impacto provocó daños visibles en la parte frontal del vehículo y dejó fuera de uso el mobiliario urbano.
Al notar la presencia policial, el conductor intentó darse a la fuga a pie, pero fue interceptado a pocos metros del lugar. Quedó detenido y fue puesto a disposición de la Fiscalía Penal 5, que ya inició las actuaciones judiciales correspondientes.
Aunque no hubo personas heridas, el caso causó preocupación entre los vecinos de Villa Mitre, que fueron sorprendidos por el estruendo del choque en plena madrugada. Patrulleros debieron cortar varias cuadras para controlar la situación.
El colectivo fue secuestrado por orden de la fiscalía y se ordenaron peritajes para determinar los daños y cómo logró el joven poner en marcha el vehículo. No se descarta que haya estado bajo los efectos de alguna sustancia, aunque eso aún no fue confirmado oficialmente.
El Juzgado de Garantías en turno ordenó mantener al detenido bajo custodia mientras avanza la investigación. Podría enfrentar cargos por robo agravado, daño a bienes públicos y resistencia a la autoridad.
Este episodio, tan insólito como preocupante, dejó en evidencia algunas fallas en los protocolos de seguridad del transporte urbano. También reavivó el reclamo por mayor presencia policial en horarios nocturnos, especialmente en zonas céntricas y barrios residenciales del sur de la ciudad.
Los vecinos aún comentan lo sucedido con incredulidad. Aunque parezca una escena sacada de una película, ocurrió en pleno corazón de Salta y expone un problema real que, de no corregirse, podría tener consecuencias más graves en el futuro.
