La tranquilidad del lunes en el edificio municipal de la capital salteña se vio interrumpida por un suceso que dejó a todos en alerta. Dos personas, sin mediar palabra, saltaron las barreras de acceso y comenzaron a proferir insultos contra el personal que se encontraba trabajando. Este tipo de actos, que rompen con la cotidianidad de una institución clave para los salteños, pone en evidencia las tensiones que a veces surgen en el ámbito público.
Desde la comuna, el rechazo fue inmediato y contundente. En un mensaje difundido a través de sus canales oficiales, se dejó claro que en Salta no se tolera la extorsión ni la violencia como métodos para resolver conflictos. "Acá, el diálogo y el respeto son los pilares para cualquier reclamo", se enfatizó, recordando que la ciudad del norte argentino siempre ha priorizado la convivencia pacífica entre sus habitantes.
El video del incidente, que circuló rápidamente entre los vecinos, muestra el momento exacto en que los intrusos forcé el ingreso, generando un clima de inseguridad en las dependencias municipales. Este material sirve como prueba clave para las autoridades, que ya avanzan en la investigación. En una provincia como Salta, donde la seguridad en instituciones públicas es un tema sensible, hechos como este despiertan preocupación en la comunidad.
La denuncia formal ya fue radicada en las instancias correspondientes, con el objetivo de identificar a los responsables y aplicar las sanciones que correspondan. Fuentes municipales indicaron que se trata de un intento de intimidación, posiblemente ligado a intereses oscuros, pero que no prosperará en una sociedad que valora el orden y la legalidad. Para los salteños, esto refuerza la necesidad de fortalecer los protocolos de acceso en edificios públicos.
Finalmente, este episodio sirve como recordatorio de que en Salta capital, la Municipalidad sigue firme en su compromiso con la transparencia y el rechazo a cualquier forma de presión violenta. Mientras la justicia hace su parte, la comuna invita a la ciudadanía a resolver diferencias por vías institucionales, manteniendo el espíritu de unidad que caracteriza a los norteños.
