Primero intentaron por Diputados colegiar la comunicación social y no pudieron. Luego hicieron lo mismo en el Senado, pero también fracasó. Posteriormente fue el propio gobernador quien vetó varios artículos de la ley anti protestas sociales que aprobaron ambas Cámaras en tiempo récord, dejando expuesto lo evidente: no se puede legislar en contra de la Constitución Nacional. Ahora, de la mano de la diputada Socorro Villamayor, lo intentan de nuevo, pero esta vez disimulando dicho intento anti libertad mediante una ley que apunta (solo en principio) a aquellos que se vean implicados en un caso de pornovenganza.
Sin embargo, la realidad dice otra cosa. El país y la provincia navegan una crisis económica nunca vista. Además, esta crisis es también institucional. Los estamentos gubernamentales se han transformado en el refugio de cuanto sinvergüenza y estafador camine por las calles. La política es el nuevo salvavidas de aquellos que antes llamábamos “delincuentes de guante blanco”.
Me arriesgo a decir que ningún funcionario público es capaz de justificar sus ingresos, sus declaraciones juradas, sus propiedades, ni su estándar de vida. Personas a las que no se les conoce función en el ámbito privado, y que desde que se tiene memoria hacen carrera en la función pública o la política, viven en barrios cerrados exclusivos con canchas de tenis, golf, piscinas, gimnasios. Son titulares de mansiones Hollywoodenses y manejan suntuosas 4x4 o automóviles de lujo de ADN alemán. Todo esto sucede a plena luz del día.
Muestras de extravagancia, viajes al exterior, colegios privados de 6 cifras la cuota, vidas sociales dignas de magnates árabes se dan aquí, en Salta, una de las provincias más pobres de la República Argentina (sino la más pobre). En Salta, los niños descalzos que venden flores en semáforos miran sin entender a esos diputados, senadores y concejales que duermen en Valle Escondido o La Almudena. Aquí, en Salta, donde el laburante que se deja todo el sueldo en un alquiler presencia como el funcionario o el político es beneficiado con casas en barrios destinados a los que menos tienen, con cuotas ridículas y casi gratuitas. Casas que pronto tendrán dos o tres pisos y garajes para varios autos de lujo. Porque la política es así, ellos quieren todo, vinieron por todo y ya casi lo lograron. Pero hay una verdad que les duele: si se muere un niño desnutrido, es por un político que se llevo a sus bolsillos el dinero necesario para contenerlo y alimentarlo. Esa ecuación es clara he indiscutible, y aquí, en Salta, se murieron muchos niños en los últimos meses, de hambre.
La Casta gritó SOCORRO
Los nombres se repiten y siempre son los mismos. Los proyectos polémicos y que van en contra del pueblo, la Constitución, los derechos adquiridos o la libertad de prensa, siempre llevan las mismas firmas. Esta vez (como pasó en el último episodio llamado “Ley Antiprotestas”), la autora es la diputada Socorro Villamayor.
Socorro es hija del primer intendente destituido en la provincia de Salta (“Villita”, como lo conocían, luego fue exculpado por la propia política y olvidado). Según publica el diario La Nación con fecha 2 de julio de 1996 https://www.lanacion.com.ar/sociedad/detuvieron-al-intendente-de-salta-en-su-despacho-nid171755/ , la detención y previa investigación fueron detonados por un video en donde Juan Carlos Villamayor pedía “una coima a la empresa responsable de la recolección de residuos”, aclara la bajada del medio.
Socorro, hija de Juan Carlos, podría, mediante la ley de su autoría, solicitar prisión de casi un mes al periodista que publique el video que mostraba a su padre pidiendo coimas -ya los sé, parece una broma pero no lo es, es la realidad-. De este modo, y bajo la votación casi unánime de la “ya no honorable” Cámara de Diputados de Salta, la CASTA POLÍTICA comienza su apuesta más jugada y ambiciosa: blindarse mediáticamente para obtener su más anhelado deseo sexual: la total y más absoluta impunidad.
Si nos ponemos a pensar en que esta acción se da en la provincia más pobre de la República Argentina, que la ley proviene del sector que parasita al estado y vive en la opulencia y el lujo mientras los niños salteños mueren desnutridos a metros de las suntuosas casas de los millonarios de la política, la historia parece de terror. Lamentablemente, esto, nos remonta a la Francia previa a la revolución de 1799. Allí, el aire era cortado por una navaja y mientras el pueblo clamaba por un mendrugo de pan para no morir de hambre, la realeza se embriagaba en los lujos tras los muros del Palacio de Versalles.
Hay que recordar que, días más tarde tras una violenta revuelta, fueron varias las cabezas de los poderosos que rodaron a los pies de la Bastilla ¿acaso ustedes, ricos y ostentosos privilegiados de La Casta salteña, buscan lo mismo?
Esperemos que reine el sentido común y, sobre todo, el respeto a la Constitución en el Senado de Salta. O que en el peor de los casos sea el gobernador Gustavo Sáenz quien vete el absurdo exabrupto de sus propios cortesanos. Salta necesita coherencia, no un puñado de millonarios ebrios de poder e impunidad.
Continuará…
