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RUMBO A LAS LEGISLATIVAS

Gustavo Sáenz se planta: "No me alineo con nadie, yo defiendo a Salta"

Cuestionó el centralismo porteño, criticó el reparto de planes a extranjeros y apuntó contra la falta de diálogo del Gobierno nacional.

Gustavo Sáenz se planta: "No me alineo con nadie, yo defiendo a Salta"

En la cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas del 26 de octubre, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, decidió marcar la cancha y cortar con las especulaciones políticas. En un mensaje contundente, aseguró que no se alineará con Javier Milei ni con el kirchnerismo, y que su único objetivo será “plantarse en defensa de los intereses de los salteños”. Desde una posición firmemente provincial, Sáenz refuerza su estrategia de priorizar la agenda local por encima de las peleas políticas nacionales.

La postura del mandatario no es nueva, pero cobra fuerza en un escenario cada vez más polarizado a nivel nacional, donde muchos gobernadores del interior sienten que sus provincias son sistemáticamente ignoradas por la Casa Rosada. Sáenz lo dijo sin vueltas: “Yo me quedo en Salta. No voy a ser furgón de cola de ningún proyecto nacional”.

Uno de los puntos más fuertes de sus declaraciones fue su crítica hacia lo que denominó el "centralismo histórico" que afecta al norte argentino. Según remarcó, a pesar de que la Constitución consagra un modelo federal, en la práctica el poder sigue muy concentrado en Buenos Aires. Y eso, según el mandatario, mantiene a regiones como el NOA en una situación de postergación crónica.

“Hay un país que vive de espaldas al interior. A veces parece que si no pasa en el Obelisco, no pasa en ningún lado”, afirmó Sáenz, visiblemente molesto por lo que considera una falta de sensibilidad del Gobierno nacional frente a la realidad de provincias como Salta.

En ese sentido, apuntó directamente contra la gestión de Javier Milei, aunque aclaró que no acompañará ningún intento de juicio político contra el Presidente. “El mandato se tiene que cumplir. No vamos a ser parte de ninguna desestabilización institucional”, aseguró. De todos modos, fue crítico respecto al modo de gobernar del Ejecutivo nacional: señaló la falta de diálogo con las provincias, cuestionó el enfoque puramente económico de la gestión y pidió que haya un equilibrio entre lo fiscal, lo institucional y lo social.

“No se puede ajustar a costa del interior profundo. Hace falta un baño de pueblo, de humildad. Hay que caminar los barrios, salir del microclima porteño”, expresó el gobernador, con tono firme.

Uno de los temas que más polémica generó fue su propuesta de auditar el sistema de asistencia social para evitar que extranjeros no residentes en el país sigan cobrando beneficios. Sáenz fue categórico: “No es justo que alguien que nunca aportó al sistema esté recibiendo asignaciones y atención médica gratuita mientras hay salteños esperando una ambulancia”.

Según detalló, si se eliminara ese gasto injustificado, se podrían adquirir más de 30 ambulancias para mejorar la red de salud en el interior de la provincia. Una afirmación que, más allá de lo simbólico, busca interpelar directamente a quienes ven con preocupación cómo se distribuyen los recursos nacionales.

En clave legislativa, Sáenz adelantó que su objetivo será garantizar que los diputados y senadores por Salta voten con una sola consigna: la defensa del norte argentino. Para ello, planteó que los ejes prioritarios serán la producción tabacalera, la industria del azúcar, el desarrollo del litio y las obras de infraestructura necesarias para reducir las asimetrías con el centro del país.

“No me interesa si el legislador viene del peronismo, del radicalismo o del partido que sea. Lo único que voy a exigir es que no vote en contra de Salta. Ya no hay margen para tibiezas”, subrayó.

Sáenz también reconoció que, en más de una oportunidad, acompañó proyectos claves del oficialismo en el Congreso, pero lamentó que ese respaldo no haya sido correspondido con obras ni con un trato equitativo. “No se puede pedir el voto y después mirar para otro lado. Si no hay reciprocidad, vamos a hacer valer nuestra autonomía”, advirtió.

El gobernador salteño se mostró dispuesto a dialogar con todos los sectores, pero remarcó que no existe, a su entender, una “tercera vía” clara en el escenario político nacional. “Hoy no hay un espacio intermedio real, lo que hay es una polarización que nos deja afuera a los que queremos construir desde lo local”, explicó.

En este contexto, la estrategia del oficialismo provincial será afianzar un bloque propio en el Congreso, que funcione como una voz firme en defensa del norte argentino. Sáenz apuesta a legisladores con fuerte arraigo territorial y compromiso con las economías regionales, lejos de las roscas de la Capital Federal.

La campaña salteña, entonces, se perfila con una fuerte impronta identitaria. Frente al desencanto con la política nacional y la falta de soluciones concretas, el gobernador propone un mensaje claro: poner a Salta en el centro de la agenda, sin intermediarios ni condicionamientos partidarios.

En las calles de la ciudad y en los pueblos del interior, el mensaje empieza a resonar. “Nos cansamos de ser convidados de piedra”, dicen muchos salteños cuando se habla de la Nación. Y ese sentimiento es el que Gustavo Sáenz busca canalizar, plantándose como un gobernador que no quiere ser rehén de la grieta, sino protagonista de una nueva etapa para el norte argentino.

A menos de tres meses de las elecciones, el escenario provincial empieza a tomar forma. Con un discurso anclado en la defensa de la soberanía provincial y con promesas de gestión concreta, el gobernador se lanza a la contienda con un claro mensaje: primero Salta, siempre Salta.


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