En el marco de un año electoral clave para el país, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, decidió mantenerse al margen de las disputas partidarias y reafirmó su compromiso con la gestión provincial.
En una reciente entrevista con un medio salteño, el mandatario dejó en claro que su prioridad no está en las urnas, sino en resolver los problemas cotidianos de los ciudadanos. “No me detengo a pensar en elecciones, aunque sé que es un año importante. Mi responsabilidad es gobernar”, aseguró Sáenz, destacando su enfoque en la administración por sobre las estrategias electorales.
Sáenz no “bendice” candidatos
Consultado sobre la posibilidad de respaldar públicamente a algún candidato nacional, Sáenz fue contundente: “¿Qué sentido tiene que yo bendiga a alguien? No tengo la soberbia de creer que mi opinión va a hacer que la gente salga a votar por quien yo diga”. Con esta declaración, el gobernador marcó distancia de las tradicionales prácticas políticas donde los líderes provinciales suelen alinear sus apoyos con figuras nacionales para fortalecer sus posiciones.
El mandatario también reflexionó sobre su trayectoria, recordando que nunca contó con el respaldo de grandes estructuras nacionales. “Nadie me vino a levantar la mano desde Buenos Aires. Siempre tuve que pelear contra el mundo”, expresó, subrayando su independencia y su capacidad para construir su carrera desde abajo. Esta postura refuerza su imagen como un político que no depende de favores ni alianzas de conveniencia, un mensaje que resuena en un electorado cada vez más desencantado con las cúpulas partidarias.
