En una convocatoria que reunió a escasos sectores sociales en la Plaza 9 de Julio de Salta, integrantes de la CGT, la CTA, La Cámpora, Patria Grande, jubilados y otros actores se concentraron para repudiar el fallo de la Corte Suprema que condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad.
La protesta, de modesta concurrencia, reflejó la indignación de los presentes ante lo que consideran una maniobra judicial con tintes políticos.
Carlos Rodas, secretario general de la CGT Salta, fue la voz más contundente de la jornada. En diálogo con Aries, calificó el fallo como “de una gravedad tremenda”, denunciando su oportunismo: “Es evidente que la Justicia espera momentos clave, como el anuncio de candidaturas de la líder del movimiento nacional y popular, para dictar su encancelamiento al día siguiente”. Para Rodas, esta sentencia no es un hecho aislado, sino parte de una “política disciplinadora” que compara con medidas como el decreto que restringe el derecho a huelga.
El dirigente no esquivó las críticas hacia el movimiento obrero por su respaldo a CFK. “La CGT Salta siempre estuvo presente en los reclamos sociales”, afirmó, subrayando la necesidad de unidad más allá de las diferencias políticas. “Debemos estar juntos, defendiendo al pueblo, la democracia y un país libre, justo y soberano. Hablar es fácil; lo difícil es estar en cada movilización”, sentenció, en un llamado a la acción frente a un contexto que describió como un “país sin democracia ni república”. En este sentido, apuntó contra las políticas económicas nacionales: “Las devaluaciones, los salarios por el suelo y los precios por las nubes nos están asfixiando”.
Rodas también anunció que la CGT organizará un plenario para “concientizar sobre la gravedad” de las medidas del gobierno nacional, al tiempo que pidió no estigmatizar las diferencias ideológicas: “Los compañeros no deben ofenderse porque no compartamos las ideas de los libertarios”.
A pesar de la escasa concurrencia, la manifestación dejó en claro que, para estos sectores, la condena a Cristina Fernández no es solo un revés judicial, sino un nuevo capítulo en una batalla política que promete intensificarse.
