El robo a la casa de Carolina "Pampita" Ardohain, en el exclusivo Barrio Parque de Buenos Aires, sigue dando que hablar. En las últimas horas, la Policía detuvo a dos sospechosos vinculados al violento asalto que ocurrió entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, mientras la conductora se encontraba de viaje en España.
Los delincuentes habrían sido al menos siete y actuaron con una logística precisa: ingresaron por la parte trasera de la vivienda, que da a una zona de vías, y utilizaron vehículos para llevarse una importante cantidad de objetos de valor, entre ellos dinero en efectivo, ropa de diseño y pertenencias personales de alto contenido emocional.
Uno de los vehículos ya incautados por la policía sería una Suran gris, supuestamente usada para trasladar una caja fuerte. El segundo rodado también fue secuestrado, lo que refuerza la teoría de un golpe planificado y ejecutado con información interna.
Amigos cercanos a la modelo dejaron entrever que el robo podría haber sido entregado, ya que no sería la primera vez que intentan ingresar a la propiedad. Además, apuntaron a la falta de vigilancia en la zona y a movimientos sospechosos en una obra en construcción lindera.
Aunque el hecho ocurrió en Buenos Aires, el impacto se siente también en otras provincias, como Salta, donde la inseguridad en barrios residenciales se ha convertido en un tema recurrente. En localidades como San Lorenzo, Cerrillos y varias zonas de la capital salteña, vecinos denuncian robos con características similares: casas vacías, vigilancia limitada y delincuentes que parecen conocer los movimientos de las víctimas.
En este contexto, lo sucedido con Pampita no es un caso aislado. La modalidad de robo planificado, con logística y datos precisos, se repite cada vez más en todo el país, y deja en evidencia la vulnerabilidad incluso en barrios considerados seguros.
La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas. Mientras tanto, la modelo permanece en silencio, afectada no solo por la pérdida material, sino también por los recuerdos personales que los delincuentes se llevaron.
