Un episodio tan sorpresivo como emotivo se vivió este lunes al mediodía en la ciudad de General Güemes, cuando dos inspectoras de la Dirección de Tránsito municipal asistieron a una mujer que dio a luz dentro de un remis detenido en plena vía pública. El hecho ocurrió sobre la ruta nacional 34, en una jornada que quedará grabada en la memoria de las protagonistas y de toda la comunidad.
Según se informó, el vehículo había sufrido un desperfecto mecánico cuando la pareja se dirigía al hospital local. En medio de la urgencia, el conductor comenzó a pedir ayuda a los agentes que realizaban un control de tránsito a pocos metros del lugar. Las inspectoras, identificadas como Maribel Padilla y Cristina Aramayo, acudieron rápidamente al llamado sin imaginar lo que estaba por suceder.
Cuando se acercaron al automóvil detenido sobre calle Tte. Ibáñez, se encontraron con un panorama que exigía actuar sin demora: una joven estaba en trabajo de parto y no había posibilidad de trasladarla. Padilla, que también es madre, decidió intervenir de inmediato. Se subió al vehículo y, siguiendo su instinto, asistió el nacimiento del bebé, mientras su compañera corrió hasta el hospital —ubicado a cuatro cuadras— para pedir una ambulancia.
En pocos minutos, Evelin Toledo, una joven de 19 años oriunda de Pampa Blanca, Jujuy, dio a luz a su hijo Tomás Mateo, un bebé de 2,9 kilos, que llegó al mundo cubierto por el manto placentario completo, una condición poco frecuente conocida popularmente como “nacer con la bolsa”.
Padilla relató luego que actuó movida por la intuición y el deseo de ayudar. En el momento, notó que el cordón umbilical rodeaba el cuello del recién nacido y lo cortó con cuidado, abriendo luego la placenta para permitirle respirar. Segundos después, el llanto del bebé llenó el interior del remis, desatando una mezcla de alivio y emoción entre todos los presentes.
Mientras tanto, la ambulancia solicitada por Aramayo llegó al lugar y trasladó a madre e hijo al Hospital Joaquín Castellanos de General Güemes, donde los profesionales confirmaron que ambos estaban en buen estado de salud. La rápida reacción de las agentes fue clave para evitar complicaciones, especialmente teniendo en cuenta que el vehículo no podía arrancar y el hospital se encontraba a varias cuadras.
Más tarde, ya con la calma recuperada, las inspectoras visitaron a la joven madre y a su bebé en el hospital. El encuentro estuvo cargado de gratitud y ternura. La familia agradeció el gesto solidario y el profesionalismo con que actuaron las agentes municipales.
El hecho, que rápidamente se viralizó en redes sociales entre vecinos de Güemes y de distintas localidades del Valle de Siancas, fue destacado por las autoridades municipales por representar un ejemplo de compromiso y humanidad dentro del servicio público. No solo fue una intervención fuera de lo habitual para personal de Tránsito, sino una muestra de cómo el deber y la empatía pueden ir de la mano en situaciones extremas.
“Actuamos por instinto, no había tiempo de esperar. Fue todo muy rápido”, comentaron luego las trabajadoras municipales al ser consultadas. Ambas coincidieron en que fue una experiencia que no olvidarán. “Nunca imaginamos vivir algo así mientras estábamos en un control de rutina”, agregaron emocionadas.
La labor de las inspectoras también fue acompañada por otro agente que se encargó de desviar el tránsito sobre la ruta 34 para evitar accidentes y permitir que la asistencia médica llegara sin demoras. Gracias a esa coordinación, el operativo se desarrolló de manera segura a pesar de la tensión del momento.
Este nacimiento inesperado en plena calle de General Güemes generó una ola de mensajes de reconocimiento hacia las trabajadoras municipales. Muchos vecinos destacaron su valentía y sensibilidad, subrayando que no todos los días se conoce un caso así, donde la vida se impone en medio de una circunstancia tan imprevista.
El pequeño Tomás Mateo fue recibido con buena salud y permanecerá en observación junto a su madre durante algunos días, como establece el protocolo médico. Desde el hospital indicaron que el bebé nació con parámetros normales y no presentó complicaciones.
El caso también pone de relieve la importancia de la capacitación en primeros auxilios para el personal que cumple funciones en la vía pública. Aunque las inspectoras no son profesionales de la salud, su reacción inmediata y su temple fueron determinantes para garantizar un final feliz.
En General Güemes, ciudad ubicada a unos 50 kilómetros de la capital salteña, no son frecuentes los partos fuera de instituciones sanitarias. Sin embargo, la distancia entre localidades, los imprevistos en el transporte y las condiciones del tráfico pueden generar este tipo de emergencias. En este contexto, la intervención de los agentes municipales cobra un valor especial, al reflejar el compromiso cotidiano de quienes trabajan para cuidar a los vecinos.
El episodio también generó reflexión entre los propios trabajadores del área de Tránsito, que suelen enfrentarse a situaciones de riesgo o tensión, pero rara vez a hechos tan emotivos. “Fue una mezcla de nervios y alegría. Todo pasó muy rápido, pero cuando escuchamos llorar al bebé, sentimos una enorme satisfacción”, comentó una de las agentes al recordar el momento.
Para la comunidad de General Güemes, esta historia quedará como una de esas anécdotas que se cuentan durante años: un parto inesperado, un remis detenido en plena calle y dos mujeres que, sin pensarlo, se convirtieron en las protagonistas de un acto de pura humanidad.
La vida, literalmente, se abrió paso entre el ruido del tránsito y el calor del mediodía salteño. Y en medio del apuro de una jornada cualquiera, la solidaridad volvió a mostrar su rostro más genuino en una esquina de Güemes, donde un grupo de personas anónimas hizo posible un nacimiento lleno de esperanza.
