La Corte de Justicia de Salta enfrentará un período inusual: dos de sus sillones quedarán vacíos tras la salida de los jueces Guillermo Catalano y Ernesto Samson a fines de noviembre y principios de diciembre. Durante los próximos meses, el máximo tribunal funcionará con solo siete integrantes, generando un desafío para mantener la actividad judicial con normalidad.
La Constitución provincial exige un procedimiento formal y participativo para nombrar nuevos ministros, que incluye la publicación de antecedentes, un período de observaciones e impugnaciones y la posterior aprobación del Senado. Con el cierre del calendario legislativo, estos tiempos ya no son viables, por lo que desde el Poder Ejecutivo confirmaron que las propuestas de reemplazo recién se presentarán en 2026.
Mientras tanto, la Corte seguirá funcionando con los jueces Teresa Ovejero, Fabián Vittar, Adriana Rodríguez Faraldo, Pablo López Viñals, María Alejandra Gauffin, José Chibán y María Edit Nallim. Ellos se encargarán de los casos urgentes y de mantener la operatividad institucional, aunque la ausencia de dos ministros puede retrasar algunas decisiones que requieren la composición completa del tribunal.
Este escenario resalta un desafío para la justicia salteña: equilibrar la continuidad de los fallos con un equipo reducido y asegurar que las causas prioritarias no se vean afectadas. Históricamente, la Corte ha atravesado situaciones similares, pero la combinación del receso estival y la demora en la designación de nuevos ministros marca un contexto particular.
Ciudadanos y operadores judiciales seguirán de cerca cómo se desarrolla esta etapa de transición, especialmente en casos de alta complejidad. La salida de Catalano y Samson deja a la Corte en un momento de reorganización donde la experiencia y el compromiso de los siete jueces activos serán clave para sostener la labor institucional hasta la renovación completa del tribunal en 2026.
