El Ministerio de Seguridad de la Nación activó la alerta máxima en las fronteras luego de los graves hechos de violencia registrados en Río de Janeiro, protagonizados por el grupo narcocriminal Comando Vermelho.
La ministra Patricia Bullrich convocó a una reunión con sus equipos técnicos para evaluar el alcance de la crisis en Brasil, y aclaró que la medida no implica el envío de más efectivos federales, sino intensificar los controles y revisar los perfiles de los ciudadanos brasileños que ingresen al país.
El plan incluye una coordinación entre el Ministerio de Seguridad, la Dirección Nacional de Migraciones y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), con el objetivo de reforzar la vigilancia en la Triple Frontera, considerada una de las zonas más sensibles para la seguridad nacional.
A comienzos de este año, la Casa Rosada ya había enviado 300 agentes a la región y acordado cooperación con Paraguay. Reconocen que aún existen filtraciones en los cruces y que se registraron enfrentamientos entre bandas en los últimos meses.
En paralelo, el gobierno de Lula Da Silva evalúa militarizar Río de Janeiro, tras el megaoperativo policial más letal en la historia de la ciudad, que dejó más de 120 muertos y decenas de detenidos en los complejos de favelas Penha y Alemão.
