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CONCEJO FECAL

Fino como sushi de bagre: el concejal José García intentó meterse en la rosca de la peor manera

El concejal capitalino salió con una de esas a las cuales, ya nos tiene casi acostumbrados.

Fino como sushi de bagre: el concejal José García intentó meterse en la rosca de la peor manera

En la era del cansancio y descreimiento de la gente hacia los políticos, el cantante devenido en concejal capitalino, gracias al Señor y La Virgen del Milagro, parió otro desatino que nos interpela como sociedad: “amigos son los huevos y se golpean entre ellos”, aseguró en plena sesión, inmutable, como quien se come los mocos sazonándolos con sal del himalaya y pimienta negra en grano.

¿Y que podríamos esperar? Arribado a la política gracias al beneplácito de los armadores de campañas que proponen a mentes carentes de recursos, García ya lleva varios períodos viviendo de la nuestra. De vez en cuando, y con la necesidad de mostrar que hace y/o sirve para algo, el cantante sin hits conocidos, suele armar algún revuelo para que hacer parecer que hace.

De estos intentos alguno le sale, claro. Otros se van por las cloacas, tras encender de vergüenza los cachetes de más de un par, dado que la educación y los buenos modales no parecen formar parte del léxico del concejal García.

Acostumbrado a las plumas y el brillo, pero siempre marginado al costado del escenario para no pegar con su alto contenido calórico al candidato o ejecutivo de turno, García logró pujar por peleas nobles, como cantar el himno, o llamar la atención con lentejuelas cuando hay algún debate interesante en los territorios de don Darío Madile, que a veces, transpira en su silla sin saber que hacer ni a donde ir.

De proyectos ni hablar, eso si. Supo asegurar que el trabajaba 24 horas por los salteños, pero a los quince minutos de la frase, desapareció misteriosamente de las insufribles tardes de avenida Siria.

Algún que otro ojo perspicaz, observo rastros de posibles picaduras de abejas y ojitos más achinaditos que de costumbre, pero claro, nadie dijo nada ya que no hace falta andar aclarando en que se gasta el dinero cada uno, a menos que dichos fondos provengan del erario público, algo verdaderamente improbable, aseguran los que susurran chimentos cerca del Xamena, todo un misterio.

Sin embargo, todo límite siempre puede correrse un metro más allá, y a tales fines, y sobre todo para congraciarse con sus propietarios, aunque nadie se lo pida, Joselo García tuvo la brillante idea de señalar responsables de los sucesos del domingo, algo que todos están haciendo en estos momentos, sin señalar, claro está, a los verdaderos responsables del armado de las listas.

Y así fue que en un arrebato de Mariano Grondona, pero al revés, García eructó una de las frases más vulgares que jamás se hayan oído en un estamento gubernamental de la provincia de Salta: “Me decepciona tanta tibieza, me decepciona que todo el mundo sea amiguito, amiguito, porque amigos son los huevos y se golpean entre ellos”. La frase, cargada de virus, bacterias, parásitos y salmonella, lejos está de darle una mano a la vapuleada política. Una completa falta de buen gusto. Un verdadero collar de sifones.

Para las próximas elecciones, se recomienda regalarle al concejal un pasaje para algún lugar muy lejano y carente de redes sociales, no vaya a ser cosa que por darle un micrófono terminen poniéndole la cara a otra derrota autoinfligida.

 


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