Oh, Salta, tierra de paisajes soñados, empanadas legendarias y, ahora, de un romanticismo que viene con etiqueta de precio ajustada por el INDEC del corazón.
En esta ciudad el amor no solo mueve montañas, sino también los números en la calculadora de los moteles. Un relevamiento reciente nos confirma lo que ya sospechábamos: hasta los encuentros fugaces sufren el látigo de la inflación.
Desde el Día de los Enamorados hasta este sábado 21 de junio, las tarifas de los moteles más icónicos de la ciudad treparon entre un 20 y un 25%, como si Cupido hubiera decidido cotizar sus flechas en el mercado azul.
Hagamos un repaso por este mercado del amor, donde la oferta y la demanda se negocian entre sábanas y espejos de dudoso gusto.
En Las Palmeras, por ejemplo, la habitación simple para un rapidito de dos horas pasó de $16.000 en febrero a $18.000 en junio, mientras que la master suite (porque nada dice “te amo” como un jacuzzi con olor a lavandina) saltó de $24.000 a $26.000. Y ojo, que aquí el romanticismo es tan exclusivo que ya no aceptan transferencias bancarias.
En Burbujas, la cosa no es más amable: la habitación simple subió de $15.000 a $18.000, y la master (sin hidromasaje, no se ilusionen) pasó de $18.000 a $20.000.
Mientras tanto, en Motel Alberdi, los amantes del presupuesto ajustado ven cómo la hora de pasión trepó de $6.000 a $8.000, aunque ofrecen una “promo” de 8 horas por $30.000, para los que planean una maratón romántica o, quién sabe, una siesta muy larga.
Siloe, con su hidromasaje que promete más de lo que cumple, ajustó su habitación simple de $18.000 a $20.000 y la master de $20.000 a $25.000.
Y en Don Juan, donde el nombre ya insinúa una osadía que la billetera no siempre acompaña, una hora pasó de $12.000 a $15.000, y las dos horas de $14.000 a $17.000.
Así están las cosas en Salta, donde el amor no solo requiere química, sino también un buen respaldo financiero. Porque en esta economía, hasta los suspiros vienen con recargo.
