Cuando tu perro inclina la cabeza hacia un lado al hablarle, es común interpretarlo como una muestra de ternura o simpatía. Sin embargo, especialistas en comportamiento canino afirman que este movimiento tiene múltiples significados.
Puede estar relacionado con la atención auditiva, el procesamiento de tus palabras o incluso con la necesidad de leer mejor tus expresiones faciales. En algunos casos —si ocurre constantemente y siempre hacia el mismo lado— también podría ser un indicador de problemas de salud.
Qué dicen los expertos
La entrenadora canina Erika Lessa explica que este gesto ayuda a los perros a orientarse mejor y a ubicar con mayor precisión la dirección del sonido. Por su parte, Stanley Coren, experto en cognición canina, sostiene que inclinar la cabeza les permite tener un campo visual más limpio para observar nuestro rostro y decodificar expresiones, lo que mejora la comunicación humano-perro.
Además, un estudio publicado en Animal Cognition reveló que los llamados “aprendedores de palabras talentosos” inclinan la cabeza con más frecuencia cuando escuchan órdenes importantes o palabras que reconocen, lo que sugiere un vínculo con el procesamiento cognitivo.
Por qué tu perro puede inclinar la cabeza siempre hacia el mismo lado
Ajuste para escuchar mejor: los perros utilizan este movimiento para afinar su percepción auditiva y localizar sonidos con mayor exactitud. Es una forma natural de prestar atención.
Lectura emocional y social: según Coren, inclinar la cabeza puede mejorar su capacidad de ver nuestro rostro y leer nuestras emociones, reforzando la comunicación y el vínculo.
Curiosidad y conexión afectiva: muchos perros lo hacen ante palabras clave como su nombre, “paseo” o frases cargadas de emoción. Es una respuesta a estímulos relevantes para ellos.
Refuerzo por parte del tutor: si cada vez que el perro inclina la cabeza recibe risas, caricias o atención, es probable que repita el gesto. Aprende que esa conducta genera una respuesta positiva.
Posibles problemas de salud: si la inclinación es persistente, siempre hacia el mismo lado y aparece sin un estímulo claro, puede indicar molestias en el oído interno, otitis o un trastorno vestibular. En esos casos se recomienda una revisión veterinaria.