Una escena de desesperación interrumpió la calma de la noche salteña cuando, cerca de las 22.30 del sábado, los gritos de auxilio de una mujer mayor alertaron a los vecinos de la calle Mitre al 200, en pleno centro de la ciudad. En minutos, un importante operativo de rescate se desplegó en la zona, con la intervención de bomberos, personal policial y médicos del SAMEC, que lograron auxiliarla a tiempo.
La emergencia se desató cuando la abuela, que vive sola y se recuperaba de una cirugía de cadera, cayó de la cama y no pudo reincorporarse. Sin posibilidad de moverse y en evidente estado de angustia, comenzó a pedir ayuda a los gritos desde su departamento del segundo piso, lo que rápidamente movilizó a los vecinos del edificio y de las viviendas cercanas.
Ante la insistencia de los pedidos de socorro, un grupo de residentes decidió comunicarse con el 911. Minutos después, una patrulla policial y una dotación de bomberos llegaron al lugar para evaluar la situación. Al constatar que la puerta estaba cerrada por dentro y que la mujer no podía alcanzarla, solicitaron la presencia de un cerrajero para poder ingresar de manera segura.
Mientras tanto, los efectivos intentaban tranquilizarla hablándole desde el pasillo, hasta que finalmente lograron abrir la puerta y acceder al interior del departamento. Allí encontraron a la señora caída junto a su cama, en estado de shock pero consciente. Fue contenida por los bomberos y atendida de inmediato por personal médico, que le brindó los primeros auxilios y verificó que no presentara lesiones graves derivadas de la caída.
La intervención fue rápida y coordinada, lo que permitió estabilizar a la mujer y trasladarla a un centro de salud para su control. Según trascendió, su estado general era bueno y quedó bajo observación preventiva.
El episodio generó conmoción entre los vecinos del edificio, muchos de los cuales permanecieron en la vereda durante el operativo, preocupados por la suerte de la abuela. “Se escuchaban los gritos desde el pasillo y no sabíamos qué hacer. Por suerte llegaron rápido”, comentó uno de los residentes al ver cómo la situación se resolvía con éxito.
Este tipo de incidentes no son infrecuentes en la ciudad, especialmente entre adultos mayores que viven solos y atraviesan períodos de recuperación o movilidad reducida. En los últimos meses, los servicios de emergencia de Salta capital recibieron múltiples llamados por situaciones similares, donde la rápida acción de los vecinos resultó clave para evitar consecuencias más graves.
Desde los organismos de asistencia y salud se recomienda reforzar las medidas de prevención en estos casos: mantener a mano un teléfono o dispositivo de emergencia, instalar timbres inalámbricos o alarmas personales, y contar con familiares o vecinos de confianza que puedan responder ante cualquier urgencia.
El suceso de Mitre al 200 dejó en evidencia, una vez más, la importancia del trabajo conjunto entre la comunidad y los equipos de emergencia. La solidaridad vecinal y la respuesta inmediata de las fuerzas de seguridad y el SAMEC permitieron que todo terminara bien.
En una noche que pudo haber tenido un desenlace mucho más serio, el compromiso y la empatía de quienes escucharon los gritos hicieron la diferencia. En el centro de Salta, el alivio llegó acompañado por los aplausos de los vecinos cuando la abuela fue finalmente rescatada, consciente y agradecida, tras una angustiante espera que duró apenas unos minutos pero pareció eterna.
