La municipalidad avanzó anoche con el traslado definitivo de los últimos puesteros que aún ocupaban el subsuelo del histórico Mercado San Miguel, en el centro de la ciudad, marcando el pase a una nueva etapa de obras tras el incendio de noviembre pasado. El objetivo: habilitar maquinaria pesada e iniciar trabajos profundos en esa zona, considerada insegura.
Se trasladaron 16 puestos que permanecían bajo tierra (inicialmente se habían reubicado más de 200), quedando ahora el camino libre para intervenir el subsuelo y la estructura principal sin interrupciones. El interventor Emilio Gutiérrez comentó por FM Aries que la medida no busca quitarles el laburo, sino “evitar que tengamos que lamentar una tragedia”, dado el pésimo estado del lugar.
Este movimiento cierra la primera etapa operativa del plan municipal: consolidar el desalojo del sector afectado para continuar con la refacción integral.
Ya se completó el traslado de 220 puesteros al predio provisional de Pasaje Miramar 433, hoy trabajan allí con normalidad y desde ayer se sumó el último grupo de 16 puesteros del subsuelo.
El plan de renovación contempla tres fases, con una inversión de casi 9 000 millones de pesos, financiados entre Nación, Provincia y municipio. El objetivo es levantar el mercado en dos pisos: subsuelo reforzado, planta baja y primer piso retrabajados, con accesos seguros y servicios actualizados.
Se realizó el cercado de las áreas en obra (calles Urquiza e Ituzaingó), limpieza de escombros y chapas, y pruebas de suelo para garantizar la solidez de la base. El subsuelo, foco del incendio, será completamente desmantelado antes de colocar la nueva losa reforzada.
Según estimaciones oficiales, las obras se prolongarán entre 12 y 18 meses, por lo que el mercado renovado podría reabrir a mediados o fines de 2027 con una fisonomía más moderna y segura.
