El Ejecutivo salteño planteó una mejora salarial del 9 %, distribuida en tres cuotas, empezando con un 3 % en febrero y culminando en junio. Sin embargo, los sindicatos SITEPSA, AMET y ADP coincidieron en que ese porcentaje no compensa la pérdida real del poder adquisitivo, que en 2024 superó el 40 % según los cálculos gremiales.
En consecuencia, rechazaron la propuesta oficial y anticiparon que podrían adoptar medidas de fuerza si no hay avance en las negociaciones.
Pese al rechazo, desde los gremios docentes confirmaron que las clases comenzarán sin alteraciones en la fecha prevista, confiando en que el diálogo continuará abierto y se puede encontrar una solución en mesas técnicas antes del ciclo lectivo.
Reclamo por actualización trimestral y blanqueo del código 690
A pesar del respaldo gubernamental a la propuesta, los sindicatos insisten en negociar aumentos trimestrales vinculados a la inflación. En particular, SITEPSA exige que el aumento alcance al menos un 18 % en el primer tramo y el blanqueo del código salarial 690, habitual en los maestros y actualmente no remunerativo ni bonificable.
La titular de SITEPSA, Victoria Cervera, alertó que el plan oficial "llega casi siete puntos por debajo de la inflación acumulada". Además, plantean una cláusula de revisión en mayo o junio para ajustar cualquier desviación frente a los índices oficiales.
En febrero, la primera propuesta que rondaba el 7,2 % fue inmediatamente calificada como insuficiente por los docentes, quienes reclamaron al menos un 9 % para el primer trimestre y criticaron la modalidad semestral como poco efectiva. Luego, el gobierno elevó la oferta al 9 %, pero eso tampoco logró consenso entre los sindicatos, que cuestionan especialmente las demoras y la base de cálculo vieja (sobre diciembre de 2024), lo que profundiza el desfasaje inflacionario.
Este conflicto se inscribe dentro de un clima inflacionario generalizado y una tendencia nacional a limitar los aumentos salariales a menos del 1 % mensual, una restricción impuesta desde el Gobierno central, lo que dificulta homologaciones de acuerdos más altos.
El conflicto salarial en Salta encara una semana decisiva: ninguno de los actores baja los brazos, y la expectativa se centra en si habrá una oferta más superadora que permita acercar posiciones y preservar el inicio sin sobresaltos del año escolar.