El Ministerio de Salud de la Nación encendió una nueva señal de alarma luego de que el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) confirmara un incremento en los contagios de hantavirus en diferentes puntos del país. El informe oficial indica que, en lo que va del período 2025-2026, se registraron 23 casos y 9 muertes, lo que representa una tasa de letalidad del 39%. El dato marca un aumento del 17% respecto al promedio de los últimos años y vuelve a poner en agenda una enfermedad que suele intensificarse en los meses de calor.
Entre las cifras más relevantes del reporte se destaca que el 70% de los contagios confirmados se concentran en la región Centro, que incluye la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Esta zona, la más densamente poblada del país, se convirtió en el principal foco epidemiológico del año, desplazando parcialmente a los corredores del Sur y del Noroeste, históricamente asociados a la enfermedad. La situación obliga a reforzar la vigilancia y ajustar las estrategias preventivas para evitar brotes de mayor impacto.
El documento oficial, actualizado hasta la última semana de noviembre, señala además que durante el mismo período de los últimos dos años no se habían registrado contagios, lo que resalta aún más la reaparición del virus y la dinámica ascendente del riesgo. Los especialistas del Ministerio explican que la presencia creciente de roedores silvestres —reservorios naturales del hantavirus— y la interacción humana con ambientes rurales, periurbanos o poco ventilados favorecen la transmisión.
A nivel nacional, la caracterización epidemiológica se basa en la comparación entre períodos comprendidos desde la Semana Epidemiológica (SE) 25 de un año hasta la SE 24 del siguiente. Este método permite estudiar la evolución de los contagios entre estaciones y analizar con mayor precisión las variaciones en los meses estivales, cuando la circulación del virus suele intensificarse. De hecho, la curva histórica indica que el 90% de los casos del país se concentran entre septiembre y abril, y que la mitad ocurre en el tramo de noviembre a enero.
En este contexto, los 23 casos registrados en el período actual colocan a la Argentina dentro del umbral de alerta epidemiológica. El Ministerio de Salud remarca que la letalidad se encuentra en debate, ya que en la región Centro —donde se concentra la mayoría de los casos fatales— aún se analizan los factores que podrían haber influido en la gravedad de los cuadros.
El BEN también presenta un mapa actualizado de las áreas de riesgo, que se distribuyen en cuatro regiones:
• Noroeste, que abarca Salta, Jujuy y Tucumán;
• Noreste, con Misiones, Formosa y Chaco;
• Centro, que incluye Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos;
• Sur, que comprende Neuquén, Río Negro y Chubut.
Cada una de estas zonas registra actividad viral variable según la presencia de roedores silvestres, las condiciones ambientales y la intensidad de las actividades humanas que favorecen el contacto con superficies y lugares contaminados. En el caso del Noroeste —donde se encuentra Salta—, el Ministerio recomienda extremar los cuidados durante los meses cálidos, especialmente en zonas rurales, fincas, galpones, campings y viviendas poco ventiladas.
El informe destaca que la detección temprana de casos y la vigilancia activa son claves para reducir el impacto sanitario. Ante esta situación, el Ministerio recomienda ventilar ambientes cerrados durante al menos 30 minutos antes de ingresar, evitar la acumulación de basura y restos de comida, utilizar protección (guantes, barbijos, gafas) al limpiar lugares con posible presencia de roedores y evitar el contacto directo con animales muertos o sus excretas. También recuerdan la importancia de almacenar alimentos en recipientes herméticos y sellar aberturas que puedan servir de ingreso a los roedores.
Si bien no existe una vacuna para prevenir la hantavirosis, la aplicación de normas de higiene y cuidado ambiental resulta fundamental para disminuir riesgos. La enfermedad se transmite principalmente por la inhalación de partículas virales presentes en la orina, saliva o excremento de roedores infectados, y puede provocar síndrome cardiopulmonar, un cuadro grave que requiere atención médica inmediata.
La confirmación de este incremento coloca al país en una nueva fase de alerta, donde la prevención comunitaria y la respuesta temprana de los sistemas de salud se convierten en herramientas centrales. Para las provincias del Norte, como Salta, el informe funciona además como un recordatorio oportuno de la importancia de sostener campañas informativas, reforzar la vigilancia en áreas rurales y mantener coordinado el trabajo entre municipios, hospitales y organismos provinciales.
Con la llegada del verano y el aumento de las actividades al aire libre, las autoridades sanitarias insisten en mantener medidas de protección simples pero efectivas. El objetivo es claro: evitar que el crecimiento observado en los contagios se convierta en un brote de mayor magnitud y proteger a las comunidades de una enfermedad que, aunque poco frecuente, puede tener consecuencias severas.
