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No solo pierde en la cancha

"La gestión de Riquelme es un desastre": Duros cuestionamientos al balance económico de Boca

El dirigente opositor Jorge Reale analizó el presupuesto del club e hizo una fuerte crítica: “Los resultados futbolísticos no son casualidad, la gestión es un desastre”.

"La gestión de Riquelme es un desastre": Duros cuestionamientos al balance económico de Boca

La gestión de Juan Román Riquelme al frente de Boca Juniors ha sido objeto de fuertes críticas, y las palabras del dirigente opositor Jorge Reale, líder de la Agrupación Familia Xeneize, reflejan un descontento que resuena entre muchos hinchas y socios del club.

 

Reale, un empresario mendocino con una visión clara para el futuro de Boca, ha puesto el foco en los números del balance económico 2024/2025, calificando la gestión de Riquelme como “un desastre” y respaldando su postura con datos contundentes que exponen las falencias de la actual conducción. A continuación, se desarrolla una crítica fundamentada en los puntos señalados por Reale y en el contexto de la gestión deportiva e institucional de Riquelme.

 

Un dirigente opositor a Riquelme cuestionó los números del último balance económico del club. (Jorge Reale TW)
Un dirigente opositor a Riquelme cuestionó los números del último balance económico del club. (Jorge Reale TW)

 

 

  • 1. Desastre económico: dependencia excesiva de los socios y pérdida de ingresos comerciales

Jorge Reale ha señalado que el 70% de los ingresos del club provienen de los socios, una cifra alarmante si se compara con años anteriores, cuando esta proporción era menos de la mitad. Este dato revela una preocupante falta de diversificación en las fuentes de ingresos, evidenciando una gestión incapaz de maximizar el potencial comercial de una marca global como Boca Juniors. Mientras clubes rivales, como River Plate, han fortalecido sus arcas con patrocinios, merchandising y acuerdos internacionales, Boca bajo Riquelme parece estancado en una estructura financiera que sobrecarga a sus socios.

Además, Reale denuncia la pérdida de más de 40.000 socios adherentes, quienes, según él, “no reciben nada” a cambio de su aporte. Esta desvinculación masiva no solo refleja una desconexión con la base social del club, sino también una falta de incentivos para mantener a los socios adherentes, quienes históricamente han sido un pilar fundamental para la institución. La caída de los ingresos comerciales, que representan apenas un 20% del total, es otro indicador de la ineficiencia en la gestión de marketing y negocios, áreas en las que Boca debería ser líder indiscutido por su peso histórico y su alcance global.

  • 2. Resultados deportivos: un año para el olvido

Reale no duda en vincular los pobres resultados futbolísticos de Boca en 2024 con una gestión deficiente. La frase “los resultados futbolísticos no son casualidad” sintetiza una realidad innegable: el 2024 fue un año gris para el Xeneize, sin títulos y con actuaciones decepcionantes en todas las competencias. La eliminación en octavos de final de la Copa Sudamericana, las derrotas en clásicos contra River Plate y Racing, y la salida en semifinales de la Copa Argentina son solo algunos ejemplos de una campaña que dejó a Boca sin rumbo competitivo.

La elección de entrenadores sin experiencia de peso, como Diego Martínez, y la llegada de refuerzos que, salvo excepciones como Kevin Zenón, no estuvieron a la altura de la institución, reflejan una planificación deportiva errática. De los nueve refuerzos incorporados en 2024, solo Tomás Belmonte logró consolidarse como titular, mientras que nombres como Cristian Lema, Milton Giménez o Ignacio Miramón no cumplieron con las expectativas de un club que exige jerarquía. La falta de incorporaciones de renombre, en contraste con las promesas de campaña de Riquelme, ha dejado al equipo sin el nivel necesario para competir en torneos internacionales como el Mundial de Clubes o la Copa Libertadores 2025, a la que Boca accedió de manera sufrida a través del repechaje.

  • 3. Incumplimiento de promesas: La Bombonera y la desconexión con los hinchas

Uno de los puntos más criticados de la gestión de Riquelme es el incumplimiento de sus promesas electorales, particularmente en lo referente a la ampliación de La Bombonera. Durante la campaña, Riquelme aseguró que se sentaría “a tomar mates con los vecinos” para negociar la compra de terrenos y ampliar el estadio. Sin embargo, no solo no hubo avances concretos, sino que el propio Riquelme contradijo sus palabras al declarar que “jamás les voy a golpear la puerta para que se vayan de sus casas”. Esta contradicción, sumada a la falta de un proyecto claro para el estadio, ha generado frustración entre los hinchas, que ven cómo el mítico templo de Boca se queda atrás frente a los estadios modernos de sus rivales.

En contraste, Jorge Reale propone una visión ambiciosa: la construcción de una nueva Bombonera en la Isla Demarchi, con capacidad para 100.000 personas, duplicando las plateas y populares sin alterar la estructura actual del estadio. Este proyecto, aunque audaz, representa una alternativa concreta que busca responder a las necesidades de los socios y modernizar la infraestructura del club, algo que la gestión de Riquelme no ha sabido abordar.

  • 4. Gestión autoritaria y conflictos internos

La gestión de Riquelme también ha sido cuestionada por su estilo cerrado y autoritario. Su ausencia en el acto de asunción como presidente, delegando responsabilidades en figuras como Ricardo Rosica y Emiliano Algieri, y su escasa participación en las reuniones de la Comisión Directiva, reflejan una desconexión con la estructura institucional del club. Esta actitud ha generado tensiones internas, como la nula relación con el vicepresidente Jorge Amor Ameal y los conflictos con jugadores como Valentín Barco, Nicolás Valentini, Ezequiel Fernández y Cristian Medina, quienes dejaron o están por dejar el club en circunstancias controvertidas.

El caso de Cristian Medina, marginado por intentar forzar una venta, y la salida de Valentín Barco ejecutando su cláusula de rescisión son ejemplos de una política de manejo de plantel que parece más reactiva que estratégica. Estas decisiones no solo debilitan al equipo, sino que también alimentan el descontento de los hinchas, quienes ven cómo las promesas de un proyecto basado en juveniles se desmoronan con la pérdida de talentos clave.

5. Un ídolo en declive: la erosión de la idolatría

Riquelme, como jugador, fue un ícono indiscutido de Boca Juniors, pero su gestión como presidente está lejos de reflejar la grandeza que mostró dentro de la cancha. La derrota ante los suplentes de River, las eliminaciones en torneos clave y la falta de títulos en 2024 han erosionado su imagen, al punto de que incluso figuras como el presidente Javier Milei y el exmandatario Mauricio Macri han cuestionado públicamente su liderazgo. En las redes sociales, el descontento es evidente, con hinchas que, aunque respetan al ídolo, exigen cambios profundos en la gestión.

La crítica de Jorge Reale, respaldada por datos económicos y una visión alternativa para el club, pone en evidencia que el “Riquelmismo” no ha estado a la altura de las expectativas. Mientras Boca se prepara para desafíos como el Mundial de Clubes y la Copa Libertadores 2025, la gestión de Riquelme debe corregir el rumbo si pretende recuperar la confianza de los socios y devolver al club a la senda de la gloria. Sin embargo, los números y los resultados actuales, como señala Reale, son “inapelables”: la gestión actual está lejos de ser lo que Boca Juniors merece.

Decepcionante

Juan Román Riquelme asumió la presidencia de Boca Juniors con el respaldo de una elección histórica, pero su primer año al frente del club ha sido decepcionante. La crítica de Jorge Reale, fundamentada en un análisis económico y futbolístico, expone las carencias de una gestión que no ha sabido capitalizar el potencial de Boca. La dependencia excesiva de los socios, la pérdida de adherentes, la falta de ingresos comerciales, los pobres resultados deportivos y el incumplimiento de promesas como la ampliación de La Bombonera configuran un panorama preocupante. Mientras opositores como Reale proponen proyectos ambiciosos y modernos, Riquelme enfrenta el desafío de revertir el descontento y demostrar que puede liderar al club más grande de Argentina hacia un futuro acorde a su historia

 


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