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¡ERA INEVITABLE!

Rubinstein admitió que Massa mintió durante la campaña y estaban preparando una fuerte devaluación pos-balotaje

El exministro de Economía le mintió en la cara a los millones de argentinos que decidieron vagamente volver a confiar en él, ya que Rubinstein confirmó que el ajuste y la devaluación eran completamente inevitables.

Rubinstein admitió que Massa mintió durante la campaña y estaban preparando una fuerte devaluación pos-balotaje

La dinámica que dejaba la economía kirchnerista no era sostenible. Ni los precios relativos distorsionados ni el atraso del tipo de cambio real podían sobrellevarse por mucho tiempo más, independientemente de la línea de acción que pudiera haber adoptado un eventual Gobierno presidido por Sergio Massa.

 

El exviceministro de Economía de Massa, Gabriel Rubinstein, anticipó que el plan económico que implementaría Massa al término del balotaje incluía una fuerte devaluación sobre el dólar oficial, el ajuste a las tarifas de servicios públicos, el recorte de gastos del Presupuesto, y el aumento de impuestos.

“La necesidad de tener las cuentas en orden no se podía evitar. Por otro lado, tampoco se podía evitar una devaluación con una brecha cambiaria tan alta. Cualquier programa puede funcionar si logras que el dólar libre, el CCL, no suba o suba muy estable, de manera de bajar la brecha cambiaria. Para que la economía argentina se normalice es necesario que baje la brecha cambiaria”, explicó Rubinstein.

Massa mintió públicamente a lo largo de toda su campaña, prometiendo que no habría ningún ajuste cuando en realidad se planificó todo lo contrario. El reordenamiento de las tarifas de servicios públicos y la devaluación del dólar no se podían evitar porque ambos fenómenos no son más que la consecuencia de los desequilibrios generados por los 17 meses de gestión de Massa.

Pero existe una diferencia fundamental entre el ajuste que planificaba Massa (mintiendo en la cara a millones de argentinos) y el que está ejecutando el Presidente Javie Milei (al pie de la letra de lo prometido en la campaña), y es la credibilidad del ajuste. Esta diferencia es fundamental, porque determina la reacción de los mercados y el acompañamiento (o no) de los agentes económicos ante las medidas.

El ajuste presupuestario anunciado por el ministro Caputo fue tan creíble que incluso después de una fuerte devaluación del 100% sobre el dólar oficial, los dólares paralelos no sólo no subieron sino que incluso comenzaron a bajar. Nunca antes se había dado este fenómeno, en la historia argentina, en ninguna devaluación que se haya producido de semejante calibre.

Muy por el contrario, cuando Massa ensayó algo remotamente similar y resolvió una devaluación del 20% (5 veces menor a la que se produce hoy en día), la reacción de los mercados fue devastadora: la brecha cambiaria se disparó a casi el 200%, el Riesgo País volvió a crecer, y la mayor parte del ajuste cambiario se trasladó a los precios. Nada de esto ocurrió con la devaluación de Caputo, y la diferencia es el grado de credibilidad de cada gestión.

La devaluación de Massa no fue percibida como el puntapié para un eventual plan de estabilización, sino simplemente como un parche transitorio para seguir postergando los desequilibrios. En cambio, el dictado de medidas de Caputo fue recibido como una señal increíblemente positiva en pos de las reformas estructurales que la Argentina necesita.

Aún habiéndole mentido a millones de personas que decidieron confiarle su voto en el balotaje, el programa de ajuste que preparaba Massa no tenía chances de éxito por la falta de credibilidad y por su propia inconsistencia con el crecimiento (la totalidad del mismo recaía sobre el sector privado con más impuestos).


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