En un giro sin precedentes en la historia reciente de Argentina, el gobierno de Javier Milei ha logrado un avance monumental en la lucha contra la pobreza, desafiando las predicciones más pesimistas y consolidando un modelo económico que empieza a mostrar resultados contundentes.
Según las proyecciones del nowcast de pobreza, basado en datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, la tasa de pobreza se desplomó 8 puntos porcentuales entre el primer semestre de 2024 (52,9%) y el período abril-septiembre del mismo año (44,9%), lo que equivale a más de 2,3 millones de personas que dejaron atrás las condiciones de pobreza en apenas meses.
Este logro, lejos de ser fortuito, es el resultado de una estrategia económica bien definida. El aumento del valor real del ingreso per cápita familiar, que superó la inflación de la canasta básica total (CBT), junto con una distribución más equitativa del ingreso, han sido los pilares de esta transformación. Aunque el incremento del valor real de la CBT —que alcanzó los $195.896 per cápita en el primer semestre de 2024— pudo haber elevado la pobreza en casi 7 puntos, el crecimiento exponencial de los ingresos familiares (120,8% interanual frente a un 52% de la CBT en Gran Buenos Aires) neutralizó este efecto y marcó un punto de inflexión.
Los números son elocuentes: al inicio de 2024, 15,7 millones de personas (sobre una población urbana de 29,6 millones) vivían en la pobreza. Sin embargo, las proyecciones para el semestre diciembre 2024–mayo 2025 estiman una tasa de pobreza del 34,7% (con un intervalo de confianza del 33,2% al 36,2%), lo que representa una caída de 18,2 puntos porcentuales en un año. Esto significa que casi 10 millones de argentinos habrían salido de la pobreza en un lapso récord, con tasas que descendieron al 36,9% en diciembre de 2024, 34,4% en el primer trimestre de 2025 y 34,2% en abril-mayo de 2025.
La indigencia, por su parte, también experimentó una reducción drástica, pasando del 18,3% al 7,9% interanual, una caída de 10,4 puntos que refleja el impacto positivo en los sectores más vulnerables. La clave de este éxito radica en el cierre de las brechas entre los ingresos de los deciles más bajos (1 a 4) y la evolución de las canastas básicas. Mientras que en el primer semestre de 2024 estas brechas exacerbaron temporalmente la pobreza, a partir de marzo-agosto los ingresos comenzaron a crecer por encima de la CBT y la CBA, consolidando una tendencia virtuosa.
Los últimos datos proyectan una variación de la CBA del 2,2% (noviembre 2024–abril 2025), frente a un aumento del 1,2% en los ingresos de los sectores bajos y un crecimiento parejo de la CBT e ingresos totales (1,7%). Estos indicadores reflejan un contexto de estabilización macroeconómica, disciplina fiscal y racionalización del gasto público que no solo ha contenido la inflación, sino que ha impulsado una recuperación real del poder adquisitivo.
El programa económico libertario de Milei, basado en la libertad económica y la reducción del Estado, está demostrando que es posible sanar las heridas sociales más profundas de Argentina. Contra todo pronóstico, los frutos de este cambio estructural ya son visibles: una sociedad que recupera la esperanza y un país que, paso a paso, se encamina hacia la prosperidad.