Desde las primeras horas de este martes, la lluvia se convirtió en protagonista absoluta en la ciudad de Salta y gran parte del área metropolitana. Lejos de ser un episodio aislado, el fenómeno se mantiene de manera persistente y por momentos con intensidad marcada, lo que motivó la emisión de una alerta naranja por parte del Servicio Meteorológico Nacional. La advertencia alcanza a la capital salteña y a distintas localidades del Valle de Lerma, donde se espera un volumen de precipitaciones significativo en un lapso reducido.
El dato más relevante es la cantidad de agua prevista. Según las estimaciones oficiales, los acumulados podrían ubicarse entre los 50 y 90 milímetros, con la posibilidad de que esos valores sean superados de forma puntual. Este escenario eleva el riesgo de anegamientos temporarios, complicaciones en el tránsito urbano y rural, y desbordes en zonas habitualmente vulnerables durante episodios de lluvias intensas en Salta.
A la persistencia de las precipitaciones se suman otros fenómenos asociados a las tormentas fuertes. No se descarta la caída de granizo en algunos sectores, una intensa actividad eléctrica y ráfagas de viento que podrían alcanzar velocidades cercanas a los 90 kilómetros por hora. Estas condiciones obligan a extremar precauciones, sobre todo en áreas abiertas, caminos de acceso a la ciudad y barrios donde el drenaje suele verse superado cuando las lluvias se prolongan.
En la capital provincial, el clima durante la mañana estuvo marcado por una temperatura cercana a los 19 grados, con niebla, visibilidad reducida y una humedad que rozó el 95 por ciento. La probabilidad de precipitaciones se mantuvo en el 100 por ciento, confirmando un panorama inestable que dificulta la rutina diaria. El viento, por ahora leve, no representa el principal problema, aunque podría intensificarse con el avance de las tormentas.
La combinación de lluvia constante, cielo completamente cubierto y elevada humedad genera una sensación térmica pesada, típica del verano salteño cuando las condiciones meteorológicas se tornan adversas. En distintos puntos de la ciudad ya se registran calles con acumulación de agua y desagües exigidos al máximo, una postal conocida cada vez que el clima en Salta se presenta con estas características.
El pronóstico extendido no trae un alivio inmediato. Las previsiones indican que las lluvias, tanto ligeras como moderadas, continuarán de manera intermitente entre el 29 y el 31 de diciembre de 2025, con una alta probabilidad de que el mal tiempo se extienda también al 1 de enero de 2026. Este escenario condiciona no solo la actividad diaria, sino también los planes de fin de año y comienzo del nuevo, en una época donde el movimiento en la ciudad suele intensificarse.
Durante estos días, las temperaturas oscilarán entre los 17 y los 28 grados, con niveles de humedad elevados que podrían alcanzar hasta el 91 por ciento. La nubosidad será protagonista, con coberturas cercanas al 100 por ciento en varios tramos del día, especialmente durante los períodos de lluvia. Los vientos se mantendrán mayormente suaves, predominando direcciones del noroeste y suroeste, aunque no se descartan ráfagas aisladas durante las tormentas más intensas.
En este contexto, las autoridades recomiendan a la población mantenerse informada sobre la evolución del alerta naranja y tomar medidas preventivas. Evitar circular por calles anegadas, asegurar objetos que puedan ser desplazados por el viento y no refugiarse bajo árboles durante tormentas eléctricas son algunas de las precauciones básicas ante este tipo de eventos climáticos.
El impacto de las lluvias intensas en Salta suele sentirse con fuerza en distintos aspectos de la vida cotidiana. El tránsito se vuelve más lento, el transporte público presenta demoras y algunas actividades al aire libre deben ser suspendidas o reprogramadas. Además, en zonas periféricas o con infraestructura más frágil, la acumulación de agua puede generar complicaciones adicionales, por lo que la atención está puesta en la evolución del clima durante las próximas horas.
La alerta naranja implica un nivel de riesgo importante, ya que las condiciones meteorológicas pueden provocar daños y afectar la seguridad de las personas. Por eso, se insiste en la necesidad de actuar con responsabilidad y cautela, especialmente para quienes deban trasladarse por rutas o caminos rurales, donde la visibilidad reducida y el estado del asfalto pueden representar un peligro extra.
Salta atraviesa así una jornada marcada por el mal tiempo, con lluvias que no dan tregua y un panorama que seguirá siendo inestable en el corto plazo. El verano se hace sentir no solo por las temperaturas, sino también por estos episodios de tormentas intensas que forman parte del clima característico de la región. Mientras tanto, la ciudad permanece bajo la lluvia, atenta a la evolución de un fenómeno que, al menos por ahora, no muestra señales de retirarse.