En el corazón del departamento de Pichanal, cerca de la localidad de La Estrella, el pozo petrolero Lomas de Olmedo ha escalado a una situación de emergencia ambiental que pone en jaque la biodiversidad del Chaco salteño.
En las últimas horas, el yacimiento, que inicialmente liberaba agua y gas, ha pasado a un peligroso venteo de alta presión de gases pesados, generando una nube tóxica que envenena el monte circundante y amenaza con consecuencias irreversibles.
Las bajas temperaturas agravan el problema, haciendo visible el escape de gases en forma de una densa nube que envuelve la región montañosa. Este fenómeno no solo compromete la salud del ecosistema, sino que también pone en riesgo a las comunidades locales.
Aureliano Reyes, propietario del terreno rural donde se encuentra el pozo, alertó sobre lo crítico de la situación: "Esto ya es una etapa más grave; solo falta una chispa para que ocurra una explosión o un incendio. La fuga de gases es brutal, no se puede estar a cientos de metros a la redonda". Reyes, productor agropecuario y uno de los principales afectados, describió un escenario desolador: "Todo se está muriendo alrededor. Si el gas sigue envolviendo el monte, no sé qué nos va a quedar".
La falta de acción efectiva por parte de las autoridades y las empresas responsables agrava la frustración. Según relató, las promesas de intervención no se han materializado. "Estamos esperando, pero ya no sabemos a qué atenernos. Es una situación de extrema gravedad", enfatizó.
Los intentos de mitigación parecen insuficientes. Reyes mencionó que se abrió un camino con una topadora, pero este es "intransitable" debido a su mal estado, con arenales y vados que complican el acceso. Además, se está trabajando en una brecha para permitir el ingreso de camiones que retiren la tierra contaminada, un proceso que, según estimaciones, requerirá "cientos de camiones" para abordar el daño.
Sin embargo, estas medidas no logran contener la magnitud del problema. El impacto ambiental es innegable: la liberación constante de gases pesados está asfixiando la vegetación y comprometiendo la fauna del monte chaqueño, un ecosistema ya vulnerable por la deforestación y la actividad extractiva. Reyes lanzó un llamado desesperado: "Es ahora o nunca. Alguien debe tomar decisiones urgentes para evitar una catástrofe mayor".
Esta crisis pone en evidencia la necesidad de una respuesta inmediata y coordinada para proteger el medioambiente y la salud de las comunidades locales. La situación en Lomas de Olmedo no solo es un problema local, sino un recordatorio de los riesgos que la explotación petrolera sin control puede generar en ecosistemas frágiles. Las autoridades y la empresa operadora del pozo enfrentan ahora el desafío de actuar con celeridad para evitar un desastre ambiental de proporciones aún mayores.