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SALTA

El colmo del desamparo sanitario: Trasladaron "a pie" por la ruta 34 a una mujer accidentada

Las dos ambulancias “funcionales” del hospital estaban ocupadas –una en un viaje a Salta, nada menos– y la otra, una reliquia que parece sacada de un museo, se negó a arrancar.

El colmo del desamparo sanitario: Trasladaron "a pie" por la ruta 34 a una mujer accidentada

En un capítulo más de la tragicomedia sanitaria argentina, las redes sociales estallaron con imágenes que parecen sacadas de una película de bajo presupuesto: personal del hospital Joaquín Castellanos, en General Güemes, empujando una camilla con una mujer accidentada por la mismísima Ruta Nacional 34.

 

Sí, leyó bien, ¡una camilla! Porque, al parecer, en este rincón de Salta, las ambulancias son un lujo tan escaso como el sentido común en algunos despachos oficiales.

El pasado jueves, una señora tuvo la mala idea de cruzar la Ruta 34 justo frente al hospital Castellanos. Una camioneta 4x4, conducida por un joven con destino a Perico, la embistió, dejándola con politraumatismos. Uno esperaría que, en un hospital regional de complejidad 4, una ambulancia volara al rescate en cuestión de segundos.

Pero no, queridos lectores, aquí la realidad supera cualquier guion de comedia negra. Las dos ambulancias “funcionales” del hospital estaban ocupadas –una en un viaje a Salta, nada menos– y la otra, una reliquia que parece sacada de un museo, se negó a arrancar, como si tuviera vida propia y decidiera tomarse el día libre.

Entonces, ¿qué hicieron los héroes de guardapolvo? Salieron a pie, como en una procesión surrealista, con un médico y enfermeros empujando una camilla hasta el lugar del accidente –a pocos metros, eso sí, pero no menos indignante–. Estabilizaron a la víctima con un cuello ortopédico y una tabla espinal, la subieron a la camilla y, en una escena digna de un sketch de Casados con hijos, cruzaron la ruta empujándola hasta el sector de emergencias. Las imágenes, captadas por algún transeúnte con celular, se viralizaron más rápido que un chisme en un pueblo chico, desatando una tormenta de memes, indignación y críticas en la comunidad.

El gerente del hospital, el Dr. Daniel Rallé, salió a poner paños fríos con una explicación que suena a confesión de abandono: “No teníamos ambulancias disponibles, la vieja no arrancó, y no íbamos a dejar a la señora tirada en la ruta”. Con un pragmatismo que roza lo heroico –o lo desesperado–, defendió la decisión: “Es más importante salvar una vida que esperar el protocolo”. Bravo, doctor, pero ¿desde cuándo empujar una camilla por una ruta nacional es un plan B aceptable?

La víctima, al menos, fue atendida y está internada, pero el episodio deja un sabor amargo: ¿esto es lo mejor que podemos ofrecer un hospital de tipo 4, que cubre una ruta nacional con dos o tres accidentes diarios? El municipio de General Güemes lleva meses esperando una ambulancia nueva, prometida por el Ministerio de Salud con la misma seriedad que un político prometiendo bajar la inflación.

Mientras tanto, el hospital Castellanos, que atiende a varias localidades, lidia con una alta demanda de insumos y vehículos que, por “razones económicas”, brillan por su ausencia. ¿El resultado? Médicos y enfermeros jugando a los boy scouts, cruzando rutas con camillas como si fuera una maratón de improvisación sanitaria.Este no es un caso aislado, es un síntoma. En un país donde los recursos se esfuman más rápido que el presupuesto de un ministerio, la imagen de una camilla paseando por la Ruta 34 no es solo insólita, es un grito de auxilio.

¿Hasta cuándo seguiremos parcheando la salud pública con heroísmo y excusas? Mientras esperamos la respuesta –y la ambulancia–, la comunidad de Güemes sigue compartiendo memes, porque a veces, reír es lo único que queda.

 


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