Todo empezó un día como cualquier otro cuando Maida y su pequeña hija, que entonces tenía 12 años, fueron a tomar mate a la casa de una familia amiga en la localidad misionera de Jardín América. Como se hizo tarde, la nena se quedó a dormir y desde entonces la familia vive en una pesadilla constante que parece no tener fin.
Esa noche, después de que Maida se fuera, su vecino atacó a su hija mientras dormía y la violó. La nena, por miedo, pudo contar lo que le había pasado recién después de un año, pero aunque su mamá hizo la denuncia, el acusado está libre y sigue viviendo casi al lado de ellas.
“Ni siquiera le pusieron una restricción perimetral, lo tenemos que ver todos los días y él está como si nada”, dijo Maida, la mamá de la víctima. Y lamentó: “Mi hija no puede ir en colectivo al colegio porque se cruza con la esposa de él, la mujer se burla de ella”.