El presidente Javier Milei puso en funciones a Diego Santilli como nuevo ministro del Interior durante una breve ceremonia en Casa Rosada. Con su asunción, el exdiputado nacional se incorpora formalmente al gabinete y asume un rol clave: recomponer el vínculo político con los gobernadores y garantizar apoyo legislativo a las reformas que impulsa el oficialismo.
La llegada de Santilli representa un intento del Gobierno por fortalecer su estructura política y consolidar el diálogo con las provincias en un contexto de tensiones por fondos y coparticipación. En Balcarce 50 confían en que el dirigente del PRO, reconocido por su perfil dialoguista, pueda construir consensos y tender puentes en el Congreso y en el interior del país.
Antes de su designación oficial, Santilli ya venía manteniendo reuniones con mandatarios provinciales. En los últimos días recibió a los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Marcelo Orrego (San Juan), Ignacio Torres (Chubut) y Raúl Jalil (Catamarca). En los próximos encuentros se espera la visita de Gustavo Sáenz (Salta), Alfredo Cornejo (Mendoza), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Leandro Zdero (Chaco), entre otros.
El nuevo ministro tendrá como prioridad asegurar los respaldos necesarios para avanzar con las reformas laboral, impositiva y penal, además del Presupuesto 2026. En Casa Rosada remarcan que el diálogo con las provincias será clave para sostener la gobernabilidad y mantener el equilibrio fiscal que el Ejecutivo considera innegociable.
Santilli también prepara una gira por distintas provincias para agradecer apoyos y escuchar reclamos vinculados con la coparticipación, las retenciones, los impuestos a los combustibles y la reactivación de la obra pública. La intención es mostrar una gestión más federal, atenta a las necesidades del interior y con vocación de consenso.
Con su incorporación, el Gobierno refuerza el lazo con el PRO y apuesta a un perfil político más articulador en el segundo tramo de la gestión. Milei confía en que Santilli aporte experiencia y capacidad de negociación para equilibrar las demandas de los gobernadores con la disciplina fiscal del programa económico.
En un escenario donde cada apoyo cuenta, la figura del nuevo ministro del Interior aparece como una pieza central para sostener el rumbo del Gobierno y garantizar los acuerdos que necesita el oficialismo para avanzar con su agenda de reformas.
