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Ruta del dinero K

La foto que Cristina no quiere: Lázaro Báez fue trasladado esposado a la cárcel federal de Río Gallegos

Le revocaron el beneficio del arresto domiciliario que cumplía en una casa de El Calafate.

La foto que Cristina no quiere: Lázaro Báez fue trasladado esposado a la cárcel federal de Río Gallegos

En un nuevo capítulo del caso que sacude los cimientos del poder kirchnerista, el juez Néstor Costabel, presidente del Tribunal Oral Federal 4 (TOF 4), ordenó la inmediata detención del empresario Lázaro Báez en el marco de la causa conocida como "Ruta del Dinero K".

 

La decisión, que obliga a Báez a cumplir los más de seis años que le restan de una condena de diez años por lavado de dinero, confirmada hace dos semanas por la Corte Suprema, marca un punto de inflexión en el expediente que expuso maniobras millonarias de blanqueo. Pero más allá de los tribunales, en los pasillos del poder resuena un temor creciente: el de Cristina Kirchner, quien, según fuentes cercanas, teme que una imagen suya esposada pueda convertirse en el símbolo de una caída definitiva.

Este miércoles, pasadas las 18:30, Báez ingresó a la Unidad 15 del Servicio Penitenciario Federal en Río Gallegos, luego de un traslado por tierra desde El Calafate. Horas antes, personal de Gendarmería Nacional lo había detenido en la lujosa vivienda donde cumplía arresto domiciliario, ubicada en la emblemática Avenida Presidente Néstor Kirchner, en la villa turística de Santa Cruz. El operativo, ejecutado con precisión, lo llevó primero al Escuadrón 42 "Víctor Samuel Guerrero" antes de su destino final en la cárcel de mediana seguridad, a solo 150 metros de su antigua casa familiar.

Sin embargo, el impacto de esta decisión trasciende al propio Báez. En el entorno de Cristina Kirchner, el nerviosismo es palpable. La ex presidenta, cuya relación con Báez fue señalada en múltiples ocasiones durante el juicio, teme que el avance de esta causa pueda acercarla a un escenario que hasta ahora ha evadido: la posibilidad de ser fotografiada esposada, una imagen que, según analistas, podría devastar su capital político. Aunque Cristina no fue condenada en la "Ruta del Dinero K" y su situación sigue bajo análisis en una causa residual, el cerco judicial parece estrecharse. La reciente confirmación de la condena de Báez en la causa Vialidad, junto a ella, no hace más que avivar estas especulaciones.

El traslado de Báez, escoltado por Gendarmería y bajo el ojo atento de la Justicia, no solo pone fin a su arresto domiciliario en una casona con vistas al Lago Argentino, sino que envía un mensaje claro: el tiempo de los privilegios parece agotarse. Mientras tanto, en el horizonte político, la sombra de unas esposas acecha a Cristina Kirchner, quien observa con inquietud cómo el caso de su ex socio puede transformarse en un eco de su propio destino.

El país espera, y las preguntas se acumulan: ¿será este el comienzo de una nueva etapa en la saga judicial del kirchnerismo? Por ahora, la celda de Báez en Río Gallegos es el único dato concreto en un tablero donde el miedo a la foto esposada parece mover las piezas.

 

 


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