Un escalofriante descubrimiento sacudió el barrio porteño de Coghlan. El viernes 30 de mayo, se reveló en exclusiva que obreros encontraron restos óseos humanos en el terreno de una casona demolida en Avenida Congreso al 3700, donde el ícono del rock argentino, Gustavo Cerati, vivió entre 2001 y 2003. Junto a los huesos, se hallaron objetos personales, como relojes, que podrían ser clave para desentrañar un enigma que ya está en manos de la Justicia.
El hallazgo se produjo durante las tareas de excavación para construir un edificio en el predio. Según el parte policial al que accedió este medio, “un desprendimiento de tierra en la pared lindera dejó al descubierto lo que parecían ser restos óseos humanos”. La Policía Científica intervino de inmediato y, tras confirmar la naturaleza de los restos, los trasladó para pericias.
- Las primeras estimaciones de antropología forense apuntan a que los huesos pertenecerían a una persona joven, de contextura robusta, y datarían de hace 20 o 30 años, según los objetos encontrados en el lugar.
La investigación está a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61, liderada por el Dr. Martín López Perrando. Fuentes judiciales confirmaron que, finalizada la etapa de recolección de pruebas, se levantó la consigna policial en la obra. Sin embargo, el caso podría escalar a la Justicia Federal si los resultados de las pericias lo ameritan.
La historia de la casona: de geriátrico a hogar de Cerati
Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi y última propietaria de la vivienda, aportó detalles clave. Reveló que compró la propiedad hace 30 años al hijo de Olga Schuddekopf, una mujer de origen alemán. Antes de su adquisición, el lugar albergó un geriátrico y, según registros históricos, hace 150 años funcionaron allí una capilla y un establo. Olmi alquiló la casa a Gustavo Cerati durante dos años, entre 2001 y 2003, mientras ella residía en España. Hace dos años, la artista plástica vendió el terreno, que ahora está en plena transformación edilicia.
Un misterio que crece
El origen de los restos óseos y su antigüedad son el eje de la investigación. ¿Quién era esta persona? ¿Qué vínculo tiene con la historia de la casona? Las respuestas, por ahora, están en los laboratorios forenses, mientras el caso mantiene en vilo a un barrio que no sale de su asombro.