La rápida reacción de una operadora del 911 evitó una tragedia en Villa Dolores, Córdoba. Durante la noche del jueves, una joven de 27 años llamó de urgencia para pedir ayuda porque su bebé de seis meses había dejado de respirar tras ingerir un jarabe.
“Se me ahogó el nene y no sé qué hacer”, alcanzó a decir la madre entre sollozos. De inmediato, la empleada policial que atendió la llamada activó el protocolo de emergencia y comenzó a guiarla paso a paso en maniobras de primeros auxilios para intentar desobstruir las vías respiratorias del niño.
Mientras un patrullero se dirigía a la vivienda, la operadora logró que el pequeño recuperara signos vitales y estabilizara su respiración. Minutos después, fue trasladado al Hospital Regional de Villa Dolores, donde los médicos confirmaron que había sufrido un episodio de broncoaspiración.
Tras recibir atención y permanecer en observación, el bebé fue dado de alta a las pocas horas, fuera de peligro. La madre agradeció la contención y asistencia brindada durante los minutos más críticos.
Este hecho refleja la importancia del trabajo de los operadores del 911, que no solo coordinan la llegada de la ayuda, sino que, en muchos casos, brindan instrucciones clave para salvar vidas en los primeros instantes de una emergencia.