La Policía Bonaerense logró capturar en Perú a “Pequeño J”, acusado de ser el cerebro detrás del triple femicidio narco ocurrido en Florencio Varela, donde perdieron la vida Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. La detención se dio luego de una investigación que combinó seguimiento telefónico e inteligencia internacional, apenas unas horas después de que cayera en Lima su mano derecha, Matías Agustín Ozorio. Con estas capturas, ya suman nueve los detenidos vinculados a los crímenes.
Este caso, que despertó preocupación en Buenos Aires y otras provincias como Salta, expone la violencia extrema que generan las disputas internas de las bandas narco. Desde la provincia norteña, donde la lucha contra el narcotráfico también es prioridad, se sigue con atención cada paso de la causa judicial, esperando que estas acciones policiales ayuden a frenar el avance de estas organizaciones.
El trabajo coordinado entre la fuerza bonaerense y autoridades extranjeras fue clave para dar con los prófugos que habían cruzado las fronteras argentinas. La detención de “Pequeño J” representa un golpe importante a la estructura criminal, que opera con una red compleja y movilidad internacional.
Las organizaciones sociales y los sectores de seguridad en Salta destacan la importancia de este tipo de operativos para enfrentar el narcotráfico, que también afecta a varios barrios vulnerables de la provincia. La violencia que genera esta problemática exige respuestas contundentes, tanto en materia judicial como en políticas de prevención.
Mientras la Justicia avanza con la causa, las familias de las víctimas esperan que el sistema penal garantice justicia y que este hecho sirva para visibilizar la necesidad de un combate más firme contra las mafias narco que amenazan a tantas comunidades en Argentina.
